Libre mercado anti-capitalista

Nov 9 • Mutualismo • 13340 Views • 16 comentarios en Libre mercado anti-capitalista

Hoy os mostramos un didáctico texto escrito por el compañero que firma como Laborradura del Carimbo en tres entregas en el blog Semillas Libertarias que se une a la ya amplia biblioteca libertaria que es Mutualismo.org. Disfrutádlo y difundídlo, pues es copyleft.

Libre mercado anti-capitalista

Por Laborradura del Carimbo (publicado originalmente en Semillas Libertarias en tres entregas, I, II y III, bajo licencia Creative Commons Attribution Share Alike 3.0).

El socialismo de libre mercado: aceptación, rechazo y aceptación

Para comenzar como es debido, el capitalismo NUNCA ha sido un sistema de libre mercado. El liberalismo (económico y político) aunque se articula(ba) como la defensa de la libertad, en cuestiones políticas y económicas ha mantenido cierto número de vicios autoritaristas como si fuesen el menor de los males ó parte de una justicia natural. El Estado ha sido uno de ellos y el que (para fines de este texto) resume la coerción inherente en el sistema liberal. La tendencia a favorecer a los capitalistas (dueños del capital, entiéndase, fábricas, bancos, inversiones etc.) fue lo que solidificó este nombre para el régimen liberal (o burgués). El capitalismo ha sido más o menos regulado/planificado por el Estado en beneficio… En beneficio de mantener una economía que favorezca a cierta élite. Esa élite está compuesta de un grupo heterodoxo de parásitos que viven a costa del trabajo de todos los demás. En ocasiones han nacionalizados servicios (policía, moneda, retiros, seguros, etc.) solo por evitar el desencanto de los no-privilegiados, generalmente, asalariados. No se trata de un plan socialista, solo parchos para mantener el poder. Porque, barriguita llena, ciudadano que no protesta…

No niego la existencia de liberales radicales que favorecían lo que se ha denominado «laissez-faire» como forma alejar al Estado de la mayoría de los asuntos sociales, sin embargo, no ha sido hasta recientemente que se ha articulado como parte del movimiento libertario y más cercano a un libre mercado creíble. Y aún algunos, generalmente los más cercanos al neo-feudalismo, osan reclamar dicho título solo para si, aún a pesar de una tradición socialista que le antecede por casi un siglo.

Sí, el libertarismo ha sido defendido por socialistas, aunque no necesariamente por la mayoría. Los socialistas fueron individuos organizados a la izquierda del liberalismo buscando una verdadera libertad de desarrollo para (TODOS) los individuos, sin necesidad de subordinación/alianza con los privilegiados y su Estado. Muchos buenos argumentos (y disparates también) fueron defendidos o rechazados para acabar con la obstaculización capitalista hasta que algunos de ellos, los MÁS, confundidos por los sofismas de Marx y Engels, quienes prometían una revolución que acabaría de una vez y por todas con los privilegios (de clases), enarbolaron la bandera del Estado obrero. Estos socialistas, abandona(ro)n el ideal de la libertad inmediata en favor de ser parte de la dictadura que salvaría al mundo, imponiendo una sola (re)organización economica: el comunismo. Este enfásis por el uso de la coerción estatista para «mejorar» la condición de vida de los no-privilegiados ha sido uno de los más detrimentales argumentos aceptados por los socialistas y lo que bien le ha valido el rechazo de la mayor parte de los habitantes del globo. Este socialismo es una traición a la sociedad, a la libertad individual, por tanto, al socialismo mismo.

No puedo negar tampoco la existencia de marxistas radicales que han reinterpretado, modificado o se han apartado del autoritarismo en favor de una (re)organización voluntaria. Sin embargo, su marcadada animadversión al intercambio económico de libre mercado y al individualismo me obliga a mantenerlos al margen del libertarismo de izquierda, aunque con una perspectiva abierta a una posible transformación libertaria de algunas marxistas.

Ahora bien los otros socialistas, quienes también se oponían al régimen liberal y su criatura, el capitalismo, mantienen algo en común, la valoración de la libertad individual. Por esto se conocían y conocen como libertarios, socialistas libertarios, ácratas o anarquistas. Sin embargo, podríamos hacer dos divisiones sencillas de las diferentes perspectivas. Las que favorecen el libre intercambio (individualistas, mutualistas) y las que se oponen al libre intercambio (colectivistas y comunistas). Este rechazo del libre intercambio parece contradecir la importancia vital de la libertad individual, aunque puede estar más vinculado con la exagerada importancia que le dieron ciertos escritores anarquistas a los textos socio-políticos de Marx y Engels.

Aún así, los anarquistas que abrazaron el movimiento denominado «sin adjetivos», afianzaron el argumento de que cualquier (re)organización no-coercitiva es válida en la libertad, incluyendo el comunismo y/o libre intercambio anti-capitalista. Esto no presenta(ba) gran problema para las perspectivas individualistas, mutualistas y colectivistas (estos últimos están más vinculados al anarco-sindicalismo) pero ha ido calando muy lentamente entre los partidarios del comunismo. Y no es caso de sorprenderse. Sin embargo, es creíble que estos últimos confundan el mercado capitalista (actual) con el libre mercado propuesto por los libertarios.

Esta confusión del mercado capitalista con el libre mercado, es a lo que Kevin Carson denomina «libertarismo vulgar». En su caso, lo usa para referirse principalmente a aquellos libertarios individualistas que defienden el mercado existente cual si fuese ejemplo de un libre mercado, aún a sabiendas de que no es así. Lo mismo valdría para los libertarios que rechazan el Estado capitalista liberal pero que están prestos a defender el populismo y el capitalismo de Estado de los marxistas.

La confusión del libre mercado con el mercado capitalista entre los comunistas ha llevado a algunos a rechazar como injusta, errada o explotadora cualquier otra forma de (re)organización que no fuese la comunista. Tanto el marxismo (clásico) como el neo-liberalismo han fomentado a esta confusión. El primero porque condena los mercados como fuente innata de monopolios y privilegios y el segundo porque fomenta la percepción de que el capitalismo sin ciertas regulaciones equivale a libre intercambio. Ambas partes equivocan los conceptos para el beneficio de su teoría. Sin embargo, esto confusión no debe continuar siendo fuente de discordia entre los que verdaderamente abrazan el libertarismo y, por tanto, la defensa constante de la libertad individual.

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El libre mercado requiere que no haya trabas en el intercambio de bienes y servicios. No implica que obligatoriamente todos debemos intercambiar, pero sí que no se impida intercambiar libremente a quienes deseen vivir de esa forma. ¿Y quién que aceptase la libertad individual, podría prohibirle a otros que intercambien libremente y ser consistente con sus principios?

Algunos conceptos básicos (explicados de forma muy simple)

La oferta y demanda representa a dos actitudes inversas; cuanto ofrecen unos y cuanto piden otros de X cosa. Pero en el intercambio alguién que demanda algo debe ofrecer otra cosa a cambio por ello. Por ejemplo, si Alef necesita limones pero solo tiene chinas, ofrecerá chinas a cambio de limones. Si Gímel tiene limones y necesita chinas, ofrecerá sus limones a cambio de chinas. Este sería un mercado de chinas y limones. Consideremos que ambos trabajaron individualmente para obtener sus respectivos productos. ¿Como decidirán cuanto producto intercambiar por otro? Pues eso dependerá de cuál sea la oferta y la demanda de chinas y limones en el mercado.

Ahora bien, si hay muchas más chinas que limones, es probable que la gente esté dispuesta a dar más chinas por cada limón o que aquellos que venden limones pidan más chinas a cambio de sus limones. ¿Por qué? Porque a los que ofrecieron chinas (por limones) se le fermentarían las chinas sobrantes y le ven poco valor a dejarlas podrir y porque los limones serían un producto relativamente escaso lo que les añadiría valor (en chinas) en ese momento. No se podría imponer arbitrariamente un precio para algunos (o todos) los productos y servicios, pues dicha imposición distorsionaría la oferta y demanda en favor de ciertos productores o consumidores y el único mecanismo para lograrlo sería la coerción. Sin embargo, el mecanismo es sencillo si la oferta de chinas es mayor que su demanda su precio baja y si la oferta de chinas es menor que la demanda (o sea, que haya menos chinas que limones) su precio (en limones) sube.

Por otro lado, la competencia se basa en lo siguiente: que pueda haber más de un (individuo o empresa) ofreciendo sus productos (y/o servicios) y la no obstaculización coercitiva para que entren más personas a ofrecer algún producto o servicio. Por ejemplo, si hay pocas chinas y mucha gente desea intercambiar sus productos (o servicios) por limones, bien podrían más personas cultivar chinas para suplir la demanda del producto. O por el contrario, si hay demasiadas chinas bien algunos podrían modificar su producto y convertirlo en jugo, mermelada, licor, etc. Así entrarían en otros mercados y no perderían el esfuerzo que han invertido originalmente. También podrían decidirse a producir otra producto o servicio.

Esta práctica de ajuste libre de precios por oferta y demanda, más la posibilidad de competencia, ayuda estabilizar el precio de los productos y servicios.

Lo explicado como trueque puede hacerse utilizando dinero, cosa que es harto conocida porque lo hacemos comúnmente. Sin embargo, el dinero actual opera como un monopolio del Estado. Pero en un libre mercado diversos bienes pueden funcionar como dinero (incluyendo la moneda fiduciaria o billete de banco) con la sola premisa de que sea aceptado entre las partes como forma válida de pago. No pretendo entrar en controversias en torno a la base ni estándar del dinero en una sociedad sin Estado, sino recordar que cuando un medio de cambio es ampliamente reconocido como forma de pago se convierte en una herramienta que facilita el intercambio. La mayoría (si no todos) los precios se calcularían en dinero para facilitar la transacción. Por tanto, donde los individuos son libres para intercambiar aquellos que es producto de su trabajo (bienes y/o servicios) en forma de trueque también son libres de hacerlo utilizando un medio de cambio (el dinero).

¿No es así como funciona el capitalismo?

Sencillamente no. El (neo)liberalismo y el laissez-faire estatista conceden al menos un monopolio coercitivo del Estado en torno a la seguridad y la justicia. El Estado aún así puede redirigir la oferta y demanda de ciertos productos haciéndolos necesarios para mantener la milicia y la policía o la supuesta seguridad nacional. De esta forma se desvían millones de dolares de los contribuyentes para acumular armamento militar y la tecnología necesaria para producirlo, además de elaborar mecanismo de vigilancia sobre la población acerca de lo que consumen, leen, publican, etc.

El Estado del bienestar (y la supuesta Social-democracia) solo busca beneficiar a ciertas compañías «nacionales» haciendo más costosa la entrada de los productos «extranjeros». Mantiene la población más pobre controlada brindándole subsidios para comida, de vivienda, de estudio, de salud (entre otras cosas) con el dinero de los impuestos del presente y del futuro. Sí, del presente y del futuro porque los bonos que emite el Estado para solventar su obra «social» los debe pagar con los impuestos del futuro, endeudando a todos los contribuyentes sin su consentimento.

Lo mismo sucede cuando los Estados limitan la competencia y la innovación a través de las patentes y derechos de autor. Esto encarece el producto en beneficio de ciertos accionistas y ciertas corporaciones. También el Estado limita la cantidad de oportunidades de empleo con la emisión de licencias y colegiaciones obligatorias. Esto, a su vez, provoca una disminución en la oferta de ciertos servicios y productos (los servicios de salud, por ejemplo) haciéndolos más escasos y, por tanto, más costosos. La regulación y desregulación de los mercados suele ser puro relajo Estatal. Se regula para limitar la competencia y se desregula cuando es muy difícil que empresas nuevas ocupen algún lugar en el mercado.

Estas son algunas entre muchas intromisiones con las que el Estado beneficia a una élite compuesta de ciertos empresarios, accionistas, líderes sindicales y religiosos, abogados y banqueros, entre otros mafiosos y parásitos. Así, dicha élite, a través del Estado, retiene su poder coercitivo y adquisitivo, sus jerarquías y su cultura, imponiendo sus criterios a todos los demás habitantes de una región. Por tanto, hablar de libre mercado dentro del régimen capitalista (actual) es sencillamente una vil mentira y una provocación.

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Libre mercado, competencia, dinero y… ¿Qué hay de la cooperación? ¿Donde queda la solidaridad?

El libre mercado anti-capitalista no implica la desaparición de la cooperación entre los humanos. Al contrario, es una forma de promover la (re)organización de la cooperación voluntaria y el intercambio, sin perjudicar la libertad individual que promovemos.

Cada individuo debe tener la oportunidad de decidir por si mismo que tareas desea desempeñar para subsistir. Esto puede incluir desde la más solitaria vida en algún lugar apartado, elaborando todas las tareas domésticas, como la vida en grupos que comparten voluntariamente sus productos a través del libre acceso a sus almacenes, como en empresas-obreras autogestionadas por los trabajadores mismos, o servidores individuales dispuestos a intercambiar sus servicios de forma independiente, entre muchos formas autónomas de producir, intercambiar, regalar y consumir. Solo sería necesario que quien quisiera desafiliarse de alguna asociación en la que participa pudiera hacerlo. De lo contrario, estarían atrapados en una sola forma de vivir y se habría perdido la libertad.

El libre mercado tampoco requiere que se adopten las ideas propietarias derivadas del los textos de John Locke. Mucho menos se pretende legitimar la propiedad capitalista (actual) que en muchos casos no es legítima ni por los planteamientos (neo)lockeanas siquiera. Pero sí es una oposición a la imposición de la planificación centralizada, sea a través de un municipio autónomo o del Estado. Porque todos los humanos deben poder elegir como desean subsistir y qué desean producir, regalar, intercambiar y consumir.

Disgresión acerca de la tierra

El socialismo de libre mercado rechaza la forma de apropiación actual de la tierra y la reemplaza con el criterio de ocupación-y-uso. Esto implica que cierto espacio de tierra pertenece a un idividuo (o colectivo) solo mientras lo ocupa-y-usa directamente. (Veáse el siguiente recopilatorio acerca de la propiedad (o posesión) mutualista sobre la tierra para más información.) Esto es cónsono con la igual libertad de los individuos, puesto que nadie debe quedar sin una tierra para ocupar-y-usar, sin necesidad de pagar rentas o impuestos.

La acumulación del capital se torna en un obstáculo para las empresas e individuos

Que exista un libre mercado no implica, necesariamente, un eventual retorno al capitalismo. Todo lo contrario. Habiendo considerado como funciona el capitalismo (actual), podemos apreciar que las grandes fortunas no han sido fruto del trabajo y el ahorro, sino que depeden necesariamente de las conexiones con el poder estatal para acrecentar sus ganancias. Mantener la presente acumulación de capital entre pocas empresas o individuos sería tan difícil y costoso sin la protección del Estado, que podríamos imaginarlo como imposible. Sin el Estado (ni el uso de la coerción), el poder de las corporaciones sobre sus empleados y los consumidores se hace harina. Porque su poder radica en el uso de las patentes, licencias y derechos de autor, además de las tarifas proteccionistas para evitar las importaciones, la responsabilidad limitada y otros subsidios (como el reciente «rescate económico» de ciertas instituciones financieras, etc). Por tanto, lo que es extraño en la actualidad, sería muy común dentro de un libre mercado anti-capitalista: que los trabajadores puedan ser los dueños del capital que necesitan para trabajar y que sean estos mismos quienes manejen según sus criterios la administración de su empresa.

Conclusión

El capitalismo no es un sistema socio-económico de libre mercado. El libre mercado es necesariamente anti-capitalista, implica la abolición del capitalismo y el desmoronamiento de sus opresivas jerarquías. Presenta además una (re)organización de la sociedad utilizando prácticas que no nos son del todo desconocidas y que permiten la cooperación voluntaria entre los humanos. Como concepto, solo designa una posibilidad en la anarquía, una (re)organización económica donde no se obliga a nadie a comerciar pero tampoco nadie puede prohibir el comercio.

Si alguna vez confundió el sistema en que vivimos con el libre mercado, no se preocupe, es un mito que lleva ya algunos años y a muchos nos puede haber confundido. Pero luego de abandonado el mito, solo nos queda promover la anarquía, la libertad de todos los humanos, la igual libertad de todos los humanos en la anarquía.

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16 Responses to Libre mercado anti-capitalista

  1. Alegre sorpresa que compartan este texto, suerte de introducción sencilla de una de las posibilidades en la Anarquía.

    ¡Adelante con Mutualismo.org!

    Salud

  2. Está muy bien, lo veo didáctico. Enhorabuena por el texto.

    A WG y agoristas que visiten la web no les terminará de sonar bien la primera parte supongo, lo veo venir, pero bueno, debería pensar que no tiene porque ser un texto para que lo lean los que visitan Mises.org sino más bien para introducir el mutualismo a socialdemócratas e izquierdistas progresistas estatistas que no les va la idea del libre mercado porque la identifican con el capitalismo corporativista que no les gusta.

  3. HoracioG dice:

    Buen resumen, no se asuste Alberto García las criticas ancap, por lo general, son siempre las mismas. saludos

  4. Fernando dice:

    «Habiendo considerado como funciona el capitalismo (actual), podemos apreciar que las grandes fortunas no han sido fruto del trabajo y el ahorro, sino que depeden necesariamente de las conexiones con el poder estatal para acrecentar sus ganancias.»

    Claaaaro, sobre todo algunas como Google, Facebook, Amazon… de qué gobierno. Una empresa puede llegar a ser grande e incluso monopolio si es lo suficiente buena en lo que hace sin la intervención del gobierno (yo diría, a pesar de ésta).

  5. Un saludo, Fernando.

    El fenómeno puntocom es muy interesante de debatir. Lástima que no sea un experto en el tema, pero creo que a Kevin Carson esto le interesa bastante, ha colaborado a veces con la P2P Foundation que se dedica creo a temas de la economía de Internet. En cualquier caso creo que la economía de Internet dista mucho del capitalismo industrial decimonónico: en aquél los trabajadores vivían al borde de la subsistencia, en la economía de Internet, el llamado capital humano es un valor muy importante hasta el punto que según tengo entendido los trabajadores acaban teniendo incluso acciones de las compañías para las que trabajan.

    Espero que alguna otra persona del blog esté más puesto y pueda decirte algo. Yo sólo voy a hacer unos apuntes en base a lo que se me ocurra.

    Internet y la Web no se pueden entender sin Arpanet (financiado por el Departamento de Defensa del gobierno de EE. UU.) y el CERN (financiado por los gobiernos de varios estados europeos) y las puntocom es un fenómeno de empresas nacidas gracias a Internet y la Web. Que no haya habido subsidio directo no implica que no pueda existir conexión indirecta. Esas empresas basarían su negocio en una plataforma no creada por el mercado en exclusiva.

    Esto que digo no es para desmerecer a las empresas actuales, simplemente lo hago para apuntar que los dueños de Google, Facebook o Amazon no financiaron de sus bolsillos únicamente la infraestructura básica en la que se sustentan sus negocios, sino que esta financiación vino de los contribuyentes de varios países a través de los impuestos.

    Alberto

  6. HoracioG dice:

    Internet es un fenómeno espontaneo, nadie planifico su aparición. El mercado de/en Internet es relativamente virgen. Más allá de criticar la gran estructura corporativa en la que se han convertido empresas como Google, estos mercados son un poco más libres.
    Creo que cualquier empresa que logre entender los deseos de los consumidores puede crecer hasta las nubes. ¿De donde viene su riqueza? de una mina aún no explotada y que rebosa de oro por doquier. Solo hace falta alguien inteligente y habilidoso para aprovecharla. Aquí también influye mucho el fenómeno de la novedad y de la publicidad esparcida por los mismos usuarios. También la infraestructura, al principio, puede no ser muy costosa.
    Siempre existirá algún punto qué criticar pero pienso que no se deberían incluir indiscriminadamente dentro del grupo más indeseable.

    En cuanto a comunicaciones es mucho más criticable el tema de las empresas de telefonía, donde el monopolio es incuestionable. También incluiría las empresas de cable(televisión). Las empresas de telefonía no quieren saber mucho con la expansión de Internet.

    Esto de fenómenos como Internet y otros que seguramente vendrán en el futuro tienen cosas muy interesantes. Hasta ahora los Estados no la han podido controlar, tal vez restrinjan el acceso pero no pueden controlar los contenidos. Se están formando mercados negros muy productivos y esto recién es el comienzo.

    Fernando: lo que yo entiendo por monopolio nunca podría llegar a existir sin el Estado. Que no tenga competencia es diferente a que «no permita» la competencia.

    Saludos.

  7. ¡Saludos a todos!

    La interpretación de Fernando es legítima (pero limitada a un solo tipo de «conexiones»).

    Las «conexiones» referidas en el texto son en sentido amplio. O sea, no solo la conexión directa con políticos (cabildeo, etc.) sino el beneficio de subsidios directos/indirectos que se desprenden del «poder estatal» y con el que individuos y empresas (privadas) han logrado «acrecentar [sus] gananancias» sin la inversión (privada) que habría correspondido en un libre mercado.

    En ese sentido, el comentario de Alberto García es muy pertinente.

    Ahora bien, cuán «grande» pueda ser una empresa en un libre mercado (anti-capitalista) es algo que excede al texto presentado. Sin embargo, la Anarquía rebosa de posibilidades.

  8. Victor L. dice:

    Buen post, Laborradura, felicidades. 😉

    Respecto al tema de Internet, no estoy muy de acuerdo en la apreciación de Algarcía: es verdad que Internet fue inicialmente desarrollado por el Estado americano, pero su extensión y sofisticación es mérito exclusivo del mercado. Existía un buen artículo de Peter Klein sobre el tema titulado ‘Government Did Invent the internet, But the Market Made It Glorious’.

    Y por otra parte, aunque su aparición haya sido alentada por el Estado, lo cierto es que las barreras de entrada (por ahora) son bajas, y el único monopolio importante son los copyrights (cuyo papel está por investigar en los negocios digitales).

    En mi opinión, simplemente, las economías de escala son mucho más evidentes cuando se trata de redes sociales, portales de compra-venta, etc., y las deseconomías son mucho más débiles (se necesita menos personal para el mismo nivel de ingresos, los costes de distribución son nulos). Pero aun así, es evidente que las compañías están mucho más descentralizadas y los trabajadores tienen más poder – y quizá tendrían más en ausencia de copyrights que les impidan aplicar sus conocimientos fuera de la corporación. En google el 93% de las acciones están en manos de los empleados, y la descentralización en materia de gestión es bastante radical.

    Ahora, intentar generalizar a toda la economía esa supuesta «meritocracia» actual a partir de una situación sui generis como la de Internet, como hace Fernando, me parece bastante desatinado. Máxime cuando no son el tipo de empresas ni ingresos a que se refiere Laborradura, creo.

    Un saludo.

  9. El texto no pretende abarcar todos los casos posibles ni entrar en detalles acerca de excepciones, porque esto conllevaría una investigación exhaustiva y especializada.

    Ahora bien, si consideramos Internet en su «interioridad» (como lugar «virtual», donde se socializa, se compra, se vende, etc.) bien pudierase argumentar sobre el «mérito exclusivo del mercado». Sin embargo, la Internet en su «exterioridad» (como una red de circuitos, electricidad, y conocimientos matemáticos aplicados, entre otras cosas), dependió de la desviación de los ingresos de individuos y empresas a través de los impuestos estatales.

    Como curiosidad presento los siguientes enlaces acerca de Amazon:

    http://www.google.com/patents/about?id=rEOoAAAAEBAJ&dq=1-click

    http://news.bbc.co.uk/2/hi/technology/3920793.stm

  10. (Esto es una continuación del último comentario que he escrito, pues creo que dejé inconcluso por atender unas dilegencias urgentes.)

    Otras curiosidades:

    http://www.boston.com/business/technology/articles/2010/11/09/facebook_sues_phoenix_media_over_patent_rights/

    http://www.seobythesea.com/?p=1138

    http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2007/06/19/AR2007061902058.html

    http://www.prnewswire.com/news-releases/google-increases-spending-on-lobbying-to-12-million-105444573.html

    Con tantas y tantas patentes y tanto cabildeo muchas de las empresas que han alcanzado cierto sitial en el Internet han comenzado ha mostrar cierta hostilidad contra la (posibilidad de) competencia.

    Aún existen cabilderos en favor del Open Source.

    http://opensourceforamerica.org/

    Sin embargo,

    «The Open Innovation Network (OIN) has been set up as a foundation that aims at buying Linux-related patents from holders and create a pool of intellectual property it can then license for free. Probably more important, though, is the commitment which is part of the Open Innovation Network’s charter, to sue anyone who tries to either attack Linux, claiming some parts of it violate an
    outstanding patent, or dismember it by attempting to patent pieces of it. Patents controlled by OIN will be freely available to anyone agreeing not to assert her own patents against other users who have signed a license with OIN, when using software related to Linux. Let a hundred OINs blossom!» (Boldrin & Levine, 282)

    http://levine.sscnet.ucla.edu/general/intellectual/againstfinal.htm

    En este sentido existen posibilidades de ver un continuo desarrollo de ciertas empresas que no le teman a la competencia y donde podríamos observar estrategias afines con el libre mercado (anti-capitalista) en Internet y el mercado de software (incluyendo el «cloud computing», etc).

    Aclaro que (con lo expresado en el texto y en los anteriores comentarios) solo pretendo mantener cierto escepticismo en torno a las apologías usuales en favor del capitalismo (actual). No hay ninguna intención de condenar el trabajo, el ahorro y la inversión (y las ganancias que se puedan obtener con prácticas económicas compatibles con la Anarquía).

    ¡Gracias Victor L. por el comentario! Parte de este trabajo se debe al esfuerzo que usted(es) han puesto aquí, en mutualismo.org.

    ¡Saludos a todos!

  11. Ontorbihem dice:

    Saludos.

    «La acumulación del capital se torna en un obstáculo para las empresas e individuos»

    Es en este punto donde creo que las ideas de Silvio Gesell pueden ser de utilidad. Es necesario plantear una revolución monetaria. Es allí la perla que falta.

  12. Alberto Jaura dice:

    Una pregunta para todos:
    Se ha dicho de Internet que, pese a haberse originado en estados, parte de su desarrollo posterior ha sido un proceso de mercado (piénsese en el software libre), que tiene pocas barreras de entrada, pocos costes de infraestructura, que depende mucho del capital humano, etc (Obsérvese que Facebook o Youtube fueron fundadas por auténticos amateurs). En consecuencia, las empresas estás más descentralizadas y los trabajadores están en mejor posición.
    Teniendo en cuenta que con la eliminación de las patentes, los costes de infraestructura de casi cualquier sector se reducirán drásticamente, ¿supone entonces este mercado una buena aproximación a un libre mercado radical? ¿Hasta qué punto google o Facebook son ejemplos de mutualismo?

  13. Víctor me decía una vez que en Google había trabajadores que tenían acciones de la empresa. Creo que algo como Google no sería ejemplo de mutualismo sino de algo que gustaba a WG, el capitalismo popular, que era algo así como empresas cuyos trabajadores poseen acciones de la compañía.

    Serían ejemplos de mutualismo en puntocoms o similares, empresas que fueran cooperativas y que basaran su modelo de negocio en las TIC o al menos que usaran Internet mucho. Ejemplos en ese sentido se me ocurren xsto.info o la Sociedad Cooperativa de las Indias Electrónicas, pero la verdad es que no me doy cuenta de más.

    ¿Por qué tan poca cooperativa? Pues supongo que como para una puntocom la inversión inicial puede ser menor al ser todo más virtual que en una empresa de «no de Internet», se pude formar una empresa con una o dos personas (para una cooperativa en España se necesitan mínimo tres socios fundadores). Esto quizás ha llevado a que no se hayan dado muchas cooperativas, pues no es necesario juntar a muchas personas para fundar una puntocom. Luego cuando las puntocom se necesitan expandir y contratar más gente pueden intentar atraer a buenos programadores ofreciéndoles acciones de la compañía.

    El mutualismo en la economía de Internet lo veo mucho más potente en el sector de «sin ánimo de lucro». Wikipedia, el proyecto GNU o Debian, todos ellos basados en la ayuda mutua y sin ánimo de lucro. Veo que tienen el espíritu de la ayuda mutua. También pondría como ejemplos inspirados en o similares a la banca mutualista a Ripple o Bitcoin.

    Texto interesante de Miquel Vidal (Yonderboy) que hace unos años hablaba yo de él a veces:

    http://biblioweb.sindominio.net/telematica/softlibre/

    Un saludo,

    Alberto García

  14. Eso de arriba si entendemos mutualismo en su acepción más socialista o colectiva, si lo entendemos en su vertiente más laxa de como decían los clásicos de que «y el que no se autoempleé recibirá en su salario su producto completo» un caso como Google con el «capitalismo popular» ese podría aproximarse bastante posiblemente, sí.

    Alberto

  15. Vi que critican a Google en un libro titualdo «El lado oscuro de Google».

    La noticia aquí:

    http://libros.barrapunto.com/article.pl?sid=10/11/16/2245245

    El libro aquí:

    http://www.viruseditorial.net/pdf/el_lado_oscuro_de_google2.pdf

  16. Antonio dice:

    ¿Ideológicamente un mutualista es más cercano a:un libertario de derecha(minarquistas,ancaps) o a un libertario de izquierda(socialistas libertarios,ancoms,)?

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