La transferencia de población del campo a la ciudad

Abr 30 • Actualidad • 6864 Views • 5 comentarios en La transferencia de población del campo a la ciudad

Haciendo abstracción de la historia, si desde el Neolítico las sociedades se hubieran regido por parámetros libertarios, la transferencia de población del campo a la ciudad (y la misma aparición de las ciudades) habría seguido los siguientes pasos:

1.    En primer lugar, la sociedad estaría compuesta de campesinos dedicados única y exclusivamente a la producción directa de bienes de subsistencia.
2.    Conforme aumentase el excedente de producción (intensificación económica, mejora climática, etc.), los campesinos podrían saciar necesidades menos apremiantes, dedicando una parte cada vez mayor de su output a la adquisición de bienes manufacturados (vestido, calzado, etc.).
3.    A causa de esta nueva demanda, parte de la industria campesina, dedicada al autoconsumo familiar, encontraría más rentable la venta para el mercado, restando tiempo de trabajo a las tareas del campo. Así surgirían la división social del trabajo y el artesanado especializado.
4.    Si la demanda está lo suficientemente extendida territorialmente, los artesanos especializados tenderán a ocupar lugares centrales para minimizar los costes de desplazamiento de la mayoría de sus consumidores, dando lugar a las ciudades (que pueden superponerse a lugares de intercambio campesino tradicionales, etc.).

Parcialmente, el nacimiento de las ciudades durante la Edad del Cobre y el renacimiento urbano del siglo XI siguieron pautas similares, si excluimos loa intervención de las élites, la centralización administrativa, la aparición del Estado y los privilegios ciudadanos.

El primer modelo supone que la ciudad nace para saciar las necesidades del campo (donde hasta la actualidad sigue viviendo la mayor parte de la población mundial), pero, una vez organizada, los ciudadanos tienen incentivos en emplear su fuerza concentrada para subordinar al campo: pueden dar lugar a los primeros Estados que centralicen el excedente agrario; pueden excluir a los foráneos de las actividades urbanas, inflando artificialmente su rentabilidad; pueden gravar las actividades agrarias para subvencionar las actividades urbanas (administrativas e industriales); o pueden infringir los derechos de propiedad campesinos para forzar la emigración y aumentar los beneficios de los empleadores de trabajo urbanos (enclosures, etc.).

Incluso hoy, muchos países en desarrollo sufren la agresión de los cultivos transgénicos, que contaminan los campos circundantes e impiden la producción tradicional, arruinando a los pequeños propietarios e incentivando su emigración -con el beneplácito o la connivencia del Estado.

En todos estos casos, la transferencia de riqueza y población (la una sigue a la otra) tiene como base la agresión institucionalizada, que modifica los precios relativos de los diferentes empleos y, por lo tanto, el modo de ocupar el territorio.

En gran parte, la intervención estatal en el campo ha determinado las relaciones entre capital y trabajo hasta la actualidad, y parece imposible imaginar cómo se habrían desarrollado las ciudades y la industria en un contexto puramente libertario.

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5 Responses to La transferencia de población del campo a la ciudad

  1. Raskolnikov dice:

    Víctor creo ver dos errores en tu escrito:

    -Hablas de intensificación económica, generalmente los pueblos que acometen la tarea de la intensificación económica la llevan mediante los designios del «gran hombre», acumulación que lleva a una mayor competencia por los recursos, a la guerra y a la formación de estados, de modos productivos esclavistas, etc. En general no conozco ningún caso de comunidad sin estado que acometiese un proceso de intensificación sin llegar a la jefatura y al estado, lo máximo que he visto es grandes hombres que no pasaron de ser eso «grandes hombres», pero generalmente esto era porque el proceso de intensificación se había interrumpido.

    -Hablas de división territorial del trabajo (entre el campo y la ciudad), mis lecturas, por ahora, me han mostrado que para que se dé un comercio estable e ininterrumpido tiene que haber una organización militar y polícial que lo garantice. Lo más parecido a comercio estable entre comunidades sin estado son una especie de hermandades de intercambio que había entre los isleños de las islas Trobiand, pero dudo mucho que esto diese para crear una ciudad especializada en el comercio y en el trabajo artesanal/especializado.

    Saludos

  2. Victor L. dice:

    Hola Raskolhnikov,

    En primer lugar, fíjate que dije «haciendo abstracción de la historia»; eso significa que en muchos casos no se daban las condiciones tecnológicas o ambientales, o no existían los conocimientos organizativos necesarios para que una sociedad libertaria fuese viable, de modo que existían ventajas económicas o militares en la aparición de jefaturas o Estados.

    Respecto a los dos puntos:

    1. Intesificación económica significa aprovechar mejor los recursos del entorno o invertir más en su producción. No tiene por qué ser resultado de la aparición de jefaturas, sino que normalmente es su causa: el almacenamiento a «gran escala» y las infraestructuras hidráulicas nacen en sociedades igualitarias, pero, dado el coste de transacción de gestionar todo eso de forma comunitaria, existen incentivos para que aparezcan «grandes hombres», «redistribuidores» y demás.

    Existen muchos ejemplos de intensificación económica que no necesitan de esas figuras: por ejemplo, la mejora de la agricultura a lo largo de la Edad Media, hasta permitir el Renacimiento urbano; la «revolución de los productos secundarios» durante el Calcolítico, que permitió aprovechar la lana, leche, etc. de los animales; o incluso la Revolución industrial, que en gran parte fue resultado de avances incrementales por parte de campesinos, artesanos e inventores independientes.

    Si generalmente se asocian los dos términos (intensificación y jefaturas) es porque, además del coste de transacción ya mencionado, la intensificación aumenta el valor del suelo, eso hace más rentables tanto los ataques como la defensa del territorio y, en última instancia, la guerra sí requiere de una coordinación fuerte de recursos -mayor o menor, según las comunicaciones de la época, el peso de las ideologías, etc.

    2. Las primeras ciudades de la Edad Media eran generalmente producto de la libre emigración de los campesinos, y no era necesaria ninguna organización militar que aglutinase los dos ámbitos (campo y ciudad) para facilitar el comercio, porque ambos lo consideraban beneficioso: los campesinos iban a la ciudad a vender sus cosechas, y los artesanos urbanos vendían productos manufacturados a la gente del agro.

    De hecho, en la Edad Media existía algo así como una ley policéntrica: los comerciantes de cada ciudad mantenían sus leyes incluso en el extranjero, y las únicas reglas comunes eran producto de la Lex Mercatoria, que era consuetudinaria.

    En este punto pasa algo parecido al anterior: no se trata de que el comercio estable sea imposible sin Estado, sino de que el comercio aumenta la rentabilidad de la guerra (defensiva y ofensiva), y por tanto, prepara la aparición de organizaciones guerreras (que hasta ahora han sido compulsivas en gran parte: jefaturas, Estados, etc.).

    Las ciudades comerciales se convirtieron en pequeños imperios (Génova, Venecia), y los pequeños imperios fueron absorbidos por los grandes (Francia, España).

    Como apunte final, diría que la necesidad de un Estado central para «estabilizar» el comercio nace de los escasos incentivos que tienen los gobernantes de los pequeños Estados para actuar de forma económica (y sin embargo, en ocasiones es suficiente).

    Un saludo.

  3. Raskolnikov dice:

    Ahora no tengo tiempo para tocar toda tu respuesta Víctor pero quiero señalarte un detalle:

    Dices que hay procesos de intensificación en los que no participan las élites y aludes a las mejoras tecnológicas que parten desde la base social. Pero una mejora tecnológica per se no implica intensificación, puede significar simplemente menos trabajo por el mismo rendimiento

    «La ventaja del hacha metálica sobre la de piedra es evidente para retardar su uso. Con la primera se hace diez veces más trabajo , o bien se hace el mismo trabajo en diez veces menos de tiempo. Cuando los indios descubrieron la superioridad de las hachas de los hombres blancos, las desearon no para producir más, sino para producir lo mismo en un tiempo diez veces más corto. »

    Pierre Clastres, la Sociedad contra el estado.

    Esos espacios temporales que nombras (renacimiento, edad media, invención de la ganadería…) son épocas en la que la mayoría de los casos el proceso de redistribución e intensificación por parte de las élites estaba en pleno apogeo, en mayor o menor medida claro. Aunque bueno, no quiero hablar mucho antes de analizar cada caso particular y tampoco quiero decir que la intensificación necesariamente implique élites redistribuidoras e incentivadoras, pero sí dejar claro que el papel de estas no se puede marginar cuando hablamos de un proceso de complejización social.

    Un saludo

  4. Victor L. dice:

    @ Domenico:

    Gracias por el enlace! Algo había oido sobre este proyecto francés, pero no sabía nada.

    @ Raskolnikov:

    La mejora tecnológica puede reducir el tiempo de trabajo, pero normalmente también aumenta la producción total. La razón es que, generalmente, los procesos de intensificación económica no nacen ex nihilo, sino que han sido incentivados previamente por factores como la presión demográfica o cambios en el entorno, lo que impide que la mayor eficiencia aumente el tiempo de ocio, como comenta Clastres.

    El caso de los indios es interesante, pero ten en cuenta una cosa: quienes priorizaron la producción sobre el ocio acabaron sobreviviendo. En la historia es una ventaja sobre tus vecinos obtener un excedente (que puede invertirse en defensa, administración, etc.) antes que aumentar el tiempo de ocio. Y para que una sociedad se de cuenta de eso no es necesaria ninguna élite -es más, la élite surge en ciertos contextos cuando no hay otra manera de organizar ciertos servicios.

    En los ejemplos que te mencionaba, el papel de las élites era ínfimo: la ganadería no fue más que la etapa final de un proceso de intensificación de la caza, en que se seleccionaban las presas, etc., y el renacimiento urbano de la Edad Media fue en gran parte espontáneo (la nobleza y el clero solo se incorporaron cuando percibieron los beneficios de la fundación de ciudades, y todo lo que hacían era dar un título jurídico y parasitar parte de la producción).

    En mi opinión, las élites son consecuencia y no causa de la intensificación.

    Un saludo.

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