¿A quién favorece el socialismo posmoderno?
Me entero por el foro de Burbuja.info de que Suiza votará una iniciativa popular para limitar el sueldo de los directivos de las empresas:
En algunas empresas suizas, los altos ejecutivos pueden llegar a cobrar 73 veces más que el trabajador de nómina más baja. Para poder poner fin a «esa diferencia salarial indedecente», los helvéticos tendrán la oportunidad de votar una iniciativa popular para limitar el salario de los directivos.
La propuesta, realizada por las Juventudes del Partido Socialista, pretende que los altos ejecutivos no cobren en un mes lo mismo que algunos de sus empleados en un año, es decir, que su sueldo anual no sea 12 veces superior. La iniciativa, que lleva por nombre «1:12, por unos salarios justos», llegará a las urnas gracias a las firmas de los 130.000 ciudadanos que han pedido la celebración de una votación popular vinculante. Las excepciones se referirán a los aprendices y a los empleados con contrato temporal o a tiempo parcial. Los suizos están entre los ciudadanos del mundo que más dinero ganan.
En un principio el socialismo era el cuerpo de teorías que tenían muy claro que la forma de lograr mejoras sociales para los trabajadores era que éstos fuesen los dueños de los medios de producción. Llamémosle el socialismo clásico. Luego el reformismo y el parlamentarismo consiguieron cambiar el objetivo y así el socialismo se transformó y pasó a ser el grupo de ideas que defendían la intervención parlamentaria y democrática para lograr mejoras laborales para la clase trabajadora. Jornadas de ocho horas, leyes de salario mínimo, seguro social, etc. Ese tipo de cosas. La mejora social ya no era que necesariamente los trabajadores fueran los dueños de los medios de producción, o no al menos a corto plazo, sino hacer del capitalismo un sistema «más humano». El socialismo clásico pasó a ser el socialismo moderno, digamos. Y ahora parece ser que se quiere hacer evolucionar hacia una teoría posmoderna del jugar a llamar la atención y no hacer nada en el fondo pero dejar de hacer muchas cosas en favor de los trabajadores.
El socialismo posmoderno ya no busca la autogestión obrera. Ni a corto ni a largo plazo. El socialismo posmoderno ya no busca favorecer a los trabajadores a través de la actividad parlamentaria. El socialismo posmoderno lo que siente es envidia y frustración y como consecuencia de ello se ha vuelto reaccionario y profundamente autoritario: igualdad de sexos por decreto, espacios libres de humos por decreto, salario mínimo por decreto, salario máximo por decreto…
¿A quién favorece todo esto? ¿A quien favorece que haya unos socialistas que ya no aspiren a la autogestión obrera ni a defender los intereses de los trabajadores sino a promover medidas que aunque muy emocionales no dejan de ser simbólicas? Que los jefes ganen menos no implica que los empleados vayan a ganar más, sino que los accionistas tendrán más beneficios a repartir, posiblemente. Repito, ¿a quién favorece realmente todo esto? ¿A quién favorece realmente el socialismo posmoderno por todo lo que ha dejado de hacer el socialismo?
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9 Responses to ¿A quién favorece el socialismo posmoderno?
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« Las empresas son hoy más pequeñas que en 1970 Corporatocracia vs democracia »
Totalmente de acuerdo. Un ejemplo que no tiene nada que ver con lo que comentas pero que siempre me ha llegado al alma personalmente es el de las protestas para subidas de sueldo generales y demás. ¿Que más da estar protestando y haciendo huelgas (perdiendo días de sueldo) para conseguir subidas del 1% si luego te lo pueden quitar mediante inflación y cálculos del IPC? Todas esas protestas y esas subidas de sueldo no son más que un brindis al sol, porque luego mediante la inflación y el IPC oficial del gobierno te rebajan el sueldo real lo que haga falta. Esas protestas sin quitar antes el monopolio del dinero no tienen sentido, se convierten en una lucha entre trabajadores de diferentes sectores.
Qué buen post, qué buen post.
Muchos pensarán que cómo los suizos, ese paraíso bancario, se atreve a limitar los sueldos de altos directivos. La realidad es que Suiza, más que ningún otro lugar, es el Estado aunque no lo parezca. Un país fuertemente policial, fuertemente normativo.
Porque, siendo muy acertada, no hay que preguntarse sólamente a quién beneficia ese nuevo socialismo posmoderno, sino (y de forma mucho más fundamental) ¿quién coño es el Estado para decir lo que deben cobrar los trabajadores de una empresa? Si alguien no está contento trabajando en una empresa donde su superior cobra 73x su salario, que se marchen coño. La cuestión es quejarse sin nunca hacerse cargo de la propia vida, sin nunca asumir una responsabilidad.
Hugo, José, gracias por comentar.
Hugo:
Siempre hablando desde un punto socialista de lucha contra el capitalismo y defensa de los trabajadores y todo eso, ya sabes a lo que me refiero, las huelgas de ahora son puro espectáculo para que parezca que se hace algo. A principios de siglo las huelgas eran otra cosa. En aquella época despedían a unos trabajadores de una empresa y todos los trabajadores del mismo ramo eran capaz de ponerse en huelga solidaria, lo que llevaba a los empleadores a pensar en que les salía más rentable readmitir a los despedidos. Pero esa fue la época anterior a que el Estado se metiera a controlar el sindicalismo, regulando el tema. Tanto en España como Estados Unidos y otros países del sindicalismo de base de la CNT y la IWW se pasó al sindicalismo «de comité de empresa» el que ahora practican UGT y CC. OO., que favorece en última instancia a las propias empresas y a la élite sindical (aristocracia obrera). Kevin Carson tiene un ensayo sobre el tema, The Ethics of Labor Struggle: A Free Market Perspective, en el que habla como con el New Deal se pasó del sindicalismo de base al sindicalismo del «comité de empresa» y eso desarmó en gran parte a los sindicatos. Habla del tema en Estados Unidos, pero es aplicable en parte a España porque pasó algo parecido, tras el franquismo con cosas como las elecciones sindicales a las que se opone la CNT, por ejemplo.
Pero hoy en día las huelgas no sirven para nada más que para que el sistema pueda decir «mira, permitimos a la gente que se queje, cuan demócratas y liberales somos».
Pero ahora mismo, no hay ningún beneficio que proporcionen las huelgas. Como dices, que te suban un poco el sueldo no sirve de mucho si luego hay inflación.
José:
Efectivamente, desde un punto de vista del no intervencionismo y el liberalismo económico, el Estado no tienen porque decir cuanto hay que cobrar, de mínimo, máximo, cuantas horas hay que trabajar, etc. Al final cosas como salarios mínimos y tope de horas de trabajo sí que se han metido los estados a legislarlo, formando parte de los llamados «Estados del bienestar». Pero es que con esas cosas al menos, se suponía que se buscaba aliviar la situación de los trabajadores y protegerlos, era algo que directamente podría beneficiarles. Pero es que con esta idea de limitar el saliario máximo no se ayuda a los trabajadores nada y tampoco se perjudica a los ricos gran cosa. La utilidad de esta medida es ninguna, pero eso sí, es autoritaria un cacho. Si en un momento se aprueba esto que cobren un poco menos por ley, ya ves tú que cosa, ya lo sacarán por otro.
El caso es que las juventudes socialistas en Suiza (y en otros países) podrían reivindicar cosas como la reforma de las leyes de propiedad intelectual o los monopolios de la banca como decía Hugo y eso incluso podría ayudar a que los sueldos de los empresarios bajasen de forma natural al subir los de los trabajadores al tener más posibilidades de abrir sus propios negocios. Teoría mutualista clásica desde los tiempos de Proudhon, vamos. Pero no lo hacen y se centran en estas tonterías. Y es ahí donde me pregunto a quien beneficia este socialismo de ahora. Respondo yo: a los empresarios millonarios y capitalistas ya establecidos que ven como los que teóricamente tendrían que luchar contra los monopolios (como hacían en el siglo XIX) no lo hacen y no hacen más que tonterías que no tienen más fundamento que llamar la atención y apelar a los sentimientos emocionales y dar una falsa sensación de que «la democracia funciona, si el pueblo quiere puede hacer que los ricos ganen menos». Gran parte de la izquierda ha caído mucho en esta trampa, que yo veo un método de control incluso. Como dices les gusta protestar por todo, no asumir responsabilidades ni nada, sin darse cuenta que eso no hace más que perjudicarles y beneficiar a los ricos, que pueden vivir con más tranquilidad sin temor a acciones e iniciativas que pongan en peligro su estatus.
Totalmente de acuerdo. Es increíble el nivel de ingenuidad, de comportamiento de rebaño que exhibe la izquierda con este tipo de iniciativas.
En realidad, es el mismo fenómeno, aunque a un nivel mucho menos trájico, que lo que está sucediendo en medio oriente con las «revoluciones» populares. Mientras la agenda revolucionaria sea tratar de poner «gente de los nuestros» al control del estado, habrá mucha euforia inicial por el triunfo hasta que la nueva clase gobernante se corrompa hasta la médula, y volvemos a empezar desde cero. Pero por supuesto, ni siquiera ese «triunfo» es tal cuando el proceso de toma del estado se hace en «consenso con la comunidad internacional», y terminan los revolucionarios mismos poniendo en el poder a tipos de exactamente la misma calaña que los anteriores.
Alan Furth, el sistema te detectó el comentario como spam, lo tuve que rescatar.
El tema de las revueltas norteafricanas no lo hemos tratado en el blog, pero simplemente creo que en Libia el análisis creo que no es complicado: Libia es un exportador de petróleo para muchos países europeos y estos países no se pueden permitir que en algún momento se puedan romper los contratos de la época de Gadafi.
Si cae Gadafi y surge un nuevo gobierno podría romper los contratos establecidos y ante esa posibilidad los países europeos intervienen en el conflicto para intentar asegurarse que tras la caída de Gadafi puedan tener influencia en el nuevo gobierno que surja en Libia y que así se respeten y no haya cambios en los contratos de suministros firmados en la época de Gadafi.
Estados Unidos creo que no depende tanto del petróleo libio y por eso ha quedado más en segundo plano, supongo.
Las excepciones serán los «aprendices» (supongo que se referirá a los becarios) y los empleados con contrato temporal o a tiempo parcial. Seguramente las empresas empezarán a contratar a más trabajadores de estas categorías para poder pagarles menos. Con algo de tiempo, tendremos a trabajadores que cobran lo mismo de antes pero con un contrato peor.
Así que, desde luego, a los trabajadores no les beneficia.
Mientras no sea el propio individuo el propietario absoluto de los medios de producción de los que se sirve para trabajar, el propietario va a estar en posición de poder, y podrá clavársela de alguna manera, aún a pesar de la intervención (más o menos) bienintencinada del estado.
P.D.: No creo que el calificativo «posmoderno» sea el más apropiado. Sí que existen combinaciones de izquierdismo y pomodernismo que podrían llamarse «socialismo posmoderno», pero no son representativas de los socialistas contemporáneos.
@ José Alcántara:
En la actual situación de falta de acceso a los medios de producción, con un montón de gente en el paro o, con suerte, aceptando trabajos con condiciones deplorables, ese argumento de «si no te gusta la empresa, pues te marchas» es una broma de mal gusto.
Un saludo.
Proudhon debe estar revolcandose en la tumba luego de la burrada que acabo de leer, ustedes no son ni mutualistas esto es capitalismo burdo, apologia a la servidumbre voluntaria y a la logica del capital. Esto es una irresponsabilidad lo que ustedes estan haciendo.
me retracto lo lei bien… estan hablando de Suiza por mi madre lei otra cosa