El Anarquismo de Mercado y la banca libre.

Mar 17 • Mutualismo • 8153 Views • 5 comentarios en El Anarquismo de Mercado y la banca libre.

Excelente artículo de The Langlois que reproducimos aquí por su capacidad explicativa y la vigencia de las ideas que en él se exponen, comunes a todas las ramas anarquistas de mercado. Originalmente publicado en su blog personal: http://onhl.blogspot.com/

               

El Anarquismo de Mercado y la banca libre

En artículos como El control monopólico del dinero y Teoría austriaca del ciclo económico hemos destacado la importancia fundamental que tiene la moneda en los desequilibrios del mercado y las crisis, y hemos demostrado las desventajas de la existencia de una única moneda legal de curso forzoso. Aquí contrastaremos con el sistema de monopolio monetario descrito críticamente en aquellos artículos con un sistema de libre competencia bancaria del tipo propuesto desde los mutualistas como Benjamin Tucker hasta los austriacos como Friedrich von Hayek. Previamente debemos comprender cuál es el papel del dinero y de los bancos en un sistema de libre mercado. No entenderemos un sistema de libre mercado si no entendemos previamente la naturaleza de estas dos instituciones, y se hace necesaria esta aclaración particular porque los mutualistas han cometido algunos errores a la hora de concebirlos y comprender su papel en la economía.

Los mutualistas, desde los tiempos de Pierre-Joseph Proudhon, pasando por William Greene hasta Silvio Gesell, han cometido el error de considerar al dinero “natural” simplemente como un “medio de intercambio”, es decir, que su influencia en los intercambios y en las transacciones, debía ser nula. El dinero pasa a ser un elemento de simple facilitación y agilización del comercio, y si el oro o algún tipo de bien “indestructible” habían ocupado su lugar, éste se desviaría inevitablemente hacia la especulación y la desigualdad. Sin embargo, el dinero surge a partir de las relaciones espontáneas del mercado. Para que un bien se convierta en dinero debe conservar eficientemente el valor, ya que los hombres desde tiempos inmemoriales se han encontrado con el problema de no poder conservar sus bienes por períodos considerables. El bien elegido para cumplir esta función será el más líquido, y por tanto el más demandado. Vemos aquí que la principal cualidad de la moneda denostada por los mutualistas ha sido justamente su característica distintiva y propulsora de su aparición.

El banco, por su parte, es una institución surgida para mediar entre el ahorrador y el inversor. Para captar fondos, el banco debe ofrecer a sus clientes un interés suficiente para compensarles por sacrificar su consumo presente a favor del consumo futuro, y por el riesgo de cederles su dinero. Como vemos, este servicio en un sistema de libre mercado, se encuentra sometido, al igual que todos los otros, a las preferencias de los individuos, y el banco que no ofrece un interés satisfactorio se verá inmerso en un “drenaje” de fondos. Por otro lado, el banco cumple otro servicio al deudor al que presta el dinero que le han depositado, cediéndole un préstamo con interés. De esta manera se compensa la reducción en la circulación que ha generado el ahorro. Estos intereses sobre los préstamos, en un sistema de libre mercado, dada la competencia entre los bancos, se reducirían considerablemente. Como hace notar Benjamin Tucker:

Según Proudhon y Warren, si el negocio de la banca fuera libre para todos, cada vez entrarían en él más y más personas hasta que la competencia reduciría las tasa de interés de los préstamos al costo del trabajo de gestionar el préstamo, que las estadísticas muestran que es menor del 0,75%. En ese caso los millares de personas que actualmente se abstienen de entrar en un negocio por las ruinosamente altas tasas de interés que deben pagar por el capital que necesitan para comenzar y mantener su negocio hallarían muchas menos dificultades en su camino. […] Así, las tasas de interés caerán a plomo. Los bancos, en realidad, no estarán prestando capital sino haciendo negocio con el capital de sus clientes. […] Esta facilidad de adquirir capital daría un impulso nunca visto a los negocios y, en consecuencia, crearía también una demanda nunca vista de trabajo.
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Ahora, en el sistema capitalista actual, ni el dinero ha sido escogido por el mercado, ni existe libre competencia bancaria, como hemos analizado en los artículos antes mencionados. En su lugar, el papel-moneda gubernamental ha sido introducido de manera coactiva, permitiendo al gobierno controlar prácticamente toda la economía; mientras que los bancos manipulan las tasas de interés según los dictados del Estado, lo que ha dado lugar a las tan frecuentes crisis y a los ciclos económicos. Aquí propondremos un sistema totalmente opuesto: en vez de una moneda única, existirá una libre competencia entre monedas paralelas y privadas. Consideremos previamente las consecuencias de la ley de Gresham. Podrá aducirse que en un sistema donde compiten entre sí varios circulantes, “la moneda mala desplazará a la buena”, por lo que no existirá ninguna mejora sustancial con el sistema actual. Sin embargo, tal objeción está mal ubicada, ya que la ley de Gresham se cumple sólo si existen distintas monedas entre las cuales reina un tipo de cambio fijo establecido por el gobierno. Siendo estos los términos, los individuos escogerán la moneda de mayor valor para atesorarla mientras que cederán rápidamente la moneda de menor valor. Si el tipo de cambio fuese libre, las monedas devaluadas verían afectado su tipo de cambio, por lo que perderían poder adquisitivo y los individuos tratarán de sacársela de encima. La moneda “mala” irá desapareciendo progresivamente del mercado.

Luego de estas aclaraciones, podemos pasar a analizar el desenvolvimiento del libre mercado sobre la competencia bancaria y la emisión monetaria, punto en el que puede darse una conexión íntima entre los ideales del Anarquismo de mercado en general, incluyendo tanto a anarcocapitalistas, agoristas y mutualistas.

Supongamos que se libera la competencia bancaria y se elimina el monopolio sobre la emisión de dinero. El banco privado y libre deberá anunciar primeramente la emisión de su moneda distintiva, la cual denominaremos A, que a su vez estará dispuesto a aceptar como depósito en sus arcas. Este nuevo circulante deberá estar respaldado en otros circulantes —canasta de monedas—, entre los que se encontrarían, probablemente en un principio, la moneda del gobierno; informando al mercado de que el poder adquisitivo de A no podrá caer por debajo del “piso” establecido. Y a su vez, deberá informar también la equivalencia periódica de A con otros circulantes, mostrando a sus clientes la evolución de su poder adquisitivo. El banco deberá poder alterar su canasta de monedas si alguna de ellas pierde valor con el fin de que A no se desprecie. El propio mercado le indicará cuál será la composición de canasta de monedas más beneficiosa. Asimismo, deberá aceptar la cancelación de sus deudas con su propio circulantes o con el valor equivalente en otras monedas.

Si los gobiernos continúan devaluando sus monedas y recurriendo a la inflación, las ventajas de ahorrar en A irá creciendo, aumentando su valor y por lo tanto su demanda. Si los bancos no quieren que se desprecie su circulante y corra la misma suerte que la moneda gubernamental, deberán mantener el poder adquisitivo de los mismos. Así surgiría un mercado competitivo de circulantes, donde aparecerían otros bancos emisores de circulantes B, C, D, etc., además de A y la moneda gubernamental. Estas monedas no deberán atarse a un tipo de cambio fijo, siendo más provechoso para los bancos que el poder adquisitivo de sus circulantes se fije en el mercado.

Una vez que surja la competencia bancaria y de circulantes, las preferencias de los individuos en el mercado irán mostrando qué canastas son las más valoradas. La misma competencia que en cualquier otro ámbito fuerza a los productores a mejorar la calidad de sus productos y bajar sus precios, hará que los bancos privados disminuyan los costos transaccionales y busquen aumentar su poder adquisitivo; nadie en el mercado va a desear ahorrar en una moneda que se devalúa día a día. Al contrario de lo que sucede hoy en día con el monopolio de los bancos centrales, que no tienen el más mínimo estímulo para mejorar la calidad de sus monedas. Las monedas actuales se hayan respaldadas por divisas extranjeras u oro, siendo esta la única manera de sostener su valor, mientras que en un sistema de libre competencia bancaria los circulantes tratarán de sostenerse según su propio poder adquisitivo, las preferencias de los individuos y las valoraciones que estos realizan.

Sin embargo, puede aducirse que bajo el libre mercado, no habría control sobre las cantidades de circulante, provocando crisis económica, algo que ni siquiera el sistema actual pudo controlar. La diferencia fundamental reside en que si cada banco puede emitir su circulante, quedará a la vista de toda la sociedad quien es el responsable de cada moneda, evitando la emisión descontrolada, ya que cada banco decidirá cuidar el valor de la suya si no quiere quebrar. Para mantener el valor de su moneda el banco deberá controlar minuciosamente la cantidad de A que emite, y solo esto significará una notoria superioridad al sistema monetario actual, donde una devaluación no significa la quiebra y la pérdida del negocio para el gobierno. El banco deberá asegurar a sus clientes que el valor de A no se despreciará o al menos que se comportará de una forma lo suficientemente predecible, para lo que debe ser capaz de controlar la cantidad que emite.

Tienen dos formas de controlar su oferta monetaria: vendiendo o comprando su circulante a cambio de otras monedas, o reduciendo o expandiendo su actividad crediticia, es decir, sus préstamos. El banco privado se verá en la situación de tener que resolver cuanto puede aumentar o disminuir su emisión sin que suban los precios y los individuos dejen de interesarse por A como medio de ahorro. Si la cantidad es excesiva, pierde valor y no es apto para el ahorro, y si es escaso, no circulará lo suficiente. Es decir, si el banco advierte que A pierde valor, deberá ir a comprarlo al mercado o subir sus tasas de interés, y si A no circula lo suficiente, actuará a la inversa. Si se hace popular por responder eficientemente a estas situaciones, la demanda de A crecerá, manteniendo su valor constante y estable.

Así se eliminarían las grandes devaluaciones e inflaciones actuales, sustituyéndolas por pequeñas fluctuaciones temporarias. De esta manera, ningún banco sería capaz de alterar el valor de otros circulantes. Siguiendo los movimientos del mercado, la cantidad de circulantes será relativamente estable, ya que se emitirá específicamente lo que el mercado necesite, de otra manera el banco sufrirá pérdidas; y no existirán divergencias artificiales entre ahorro e inversión. Tal política debería ir acompañada por la liberación completa del mercado y de la competencia, para que las preferencias de los individuos se manifiesten fielmente y el conjunto económico se desarrolle eficientemente. Sería este tan sólo un paso para una economía estable y equitativa, y un progreso enorme para alcanzar la sociedad libre, tal como algún día se la había figurado Proudhon.

Referencias

Rudolf Rocker, Las corrientes liberales en los Estados Unidos, 1944.
Jesús Gómez Ruiz, Errores en la teoría monetaria actual, 2001.
Benjamin Tucker, Socialismo de Estado y Anarquismo: en qué coinciden y en qué difieren, 1886.
Nicolás Cachanosky, Teoría austriaca y el problema del ciclo económico, 2007.

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5 Responses to El Anarquismo de Mercado y la banca libre.

  1. miguel ángel martínez iradier dice:

    Saludos cordiales a la gente que mantiene esta página.
    Me interesó mucho en su día este artículo, como casi todo lo de The Langlois. Su página desapareció, así que me gustaría preguntaros a vosotros los PEROS que le véis a la aplicación de esta teoría. ¿Dónde están los obstáculos a intentos en esta dirección? Aparte de eso, y siendo un artículo tan breve -una abreviatura del ideario de The Langlois-, ¿qué puntos ciegos más importantes véis en él?
    Un abrazo, y si no es mucho pedir, comentadme algo.
    Gracias de verdad

  2. Hola Miguel,

    Langlois paró de publicar un tiempo y hace poco ha vuelto a publicar algunas cosillas. Su blog ha cambiado de diseño pero que yo sepa las entradas antiguas siguen ahí:

    http://onhl.blogspot.com.es/

    Personalmente estoy de acuerdo con su propuesta de banca libre, pero también me parece que sus ideas son una trasposición demasiado brusca de las ideas de la escuela austríaca, con las que no estoy de acuerdo, a un marco mutualista o anarquista de mercado. Ahora mismo no sabría ahondar más. ¿Qué opinas tú?

    • miguel dice:

      Hola, Alberto;
      Sí, a mí también me parece un poco demasiado austriaco, pero sus análisis suelen ser sustanciales. De todas formas, no creo que haya una piedra filosofal para el tema monetario, y nunca llegaríamos a ponernos de acuerdo sobre qué sistema es mejor. ¡Tampoco es que nos dejen experimentar demasiado! Lo que yo andaba buscando son propuestas que desinmovilizen lo innombrable actual, sin tener que partir de grandes arbitrajes políticos -como reclaman propuestas como la de Gessel-, que, hoy por hoy, no parecen probables. Es decir, propuestas que puedan echar a andar por sí solas sin necesidad de cambios políticos pero que tengan alguna posibilidad de remover el actual monopolio del dinero, de cambiar su escenario. ¿Puedes darme alguna pista al respecto?

  3. La verdad es que actualmente hay un montón de movilizaciones en esa dirección. Marco menciona varias monedas complementarias que existen actualmente. La mayoría son gesellianas, pero no parten de «grandes arbitrajes políticos», sino que son monedas locales voluntarias:

    http://www.mutualismo.org/2008/04/ethos-del-dinero/

    También tienes Bitcoin, una moneda electrónica que está teniendo un éxito relativo. Está exenta de impuestos y creo que tiende a ser deflacionaria.

    El proyecto que en mi opinión va a tener más relevancia a largo plazo, al menos en España, es la Cooperativa Integral Catalana. Es una red de cooperativas que pretende abarcar además sus propios servicios públicos y su propio mercado, con una moneda alternativa – de ahí que sea integral. Ya están saliendo proyectos similares en otras regiones, en Madrid, en Valencia, etc.

    http://www.diagonalperiodico.net/De-la-critica-a-la-construccion-La.html

    Las Indias electrónicas también tienen un proyecto para una reindustrialización local según el cooperativismo y la tecnología P2P, pero que sepa no incluye una propuesta monetaria concreta.

    http://bitacora.lasindias.com/contra-la-crisis-revolucion-industrial-p2p/

    Espero que eso sea más o menos lo que estabas buscando, y espero no haberte avasallado de información! Un saludo.

  4. miguel dice:

    Muchas gracias, Alberto, por las direcciones. Un abrazo

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