La hora del té

Nov 5 • Actualidad • 8016 Views • 7 comentarios en La hora del té

Boston Tea Party Currier coloredSe habla estos días de las elecciones legislativas en Estados Unidos, donde se ha renovado parte de las cámaras que componen el Congreso. Si hay algo que ha caracterizado a estas elecciones ha sido el auge del movimiento del Tea Party (que se puede traducir por algo así como «Partido del té» o «Motín del té»), que ha actuado a través del Partido Republicano. Nacido al calor de la oposición al programa de seguridad social de Barack Obama y, más allá, a la crítica de las políticas imperialistas de George W. Bush, el Tea Party promueve el originalismo, es decir la vuelta a los orígenes de la nación estadounidense con un gobierno federal más limitado. Lo veo un movimiento que podría estar enraizado, en principio, con la tradición populista estadounidense.

En los periódicos de izquierdas se dice de ellos que son ultraconservadores, que son la extrema derecha e incluso que llevan una constitución en la mano y una Biblia en la otra. Son vistos, o quieren ser presentados ante los lectores, como retrógrados que reniegan de cualquier idea de «Estado de bienestar», por pequeña que sea, y que quieren que bajen los impuestos para no perjudicar a las empresas. Hay incluso quien tilda al movimiento de fascista, lo cual ya me parece exagerado, además de ciertamente poco acertado. El fascismo se basa en querer un Estado fuerte y ese no sería el caso del Tea Party, pues se supone que buscan más bien lo contrario, un Estado más débil.

Que el Tea Party sea, o más exactamente, que en su seno haya una corriente socialmente muy conservadora o incluso ultraconservadora, no debería extrañarnos tanto; en efecto, al ser el populismo una tendencia que recoge la opinión de la gente de a pie, pues puede haber puntos de vista diversos, desde acérrimos partidarios del creacionismo y una mayor preponderancia de la religión en la vida civil, hasta activistas a favor de la legalización de las drogas. Cuando el pueblo opina a veces lo hace en términos que no encajan tanto con los estándares que se consideran habitualmente «políticamente correctos» en los medios de comunicación. Hoy en Suiza está prohibido construir minaretes en una mezquita y esa medida se adoptó tras un referéndum nacional y en California no ha prosperado la propuesta para la despenalización de la marihuana en una consulta que se llevó a cabo junto a estas elecciones precisamente.

Larry Gambone comentó una vez en El verdadero rostro del populismo:

En verdad el populismo es muy complejo puesto que representa la visión de la gente corriente, una visión que a diferencia de la de un intelectual de derechas o de izquierdas, no puede ser encajada entre los estrechos límites de la «chaqueta» ideológica hecha a medida del intelectual. Si un obrero quiere una religión se unirá a una congregación. El mundo de los intelectuales no es el mundo de la gran mayoría y el pueblo llano no comparte su visión racionalista, nihilista, sin raíces ni tradición ni tampoco su estilo de vida. El izquierdista simpatiza con la clase obrera, pero odia al obrero considerado aisladamente al que calificará de racista, machista, homófobo, consumista y supersticioso y por tanto que necesita un líder que le guíe (ellos mismos se ofrecen…). El derechista simpatiza con los de su misma raza, grupo étnico o cultura y sin embargo odia al típico hombre del país porque lo considera ignorante, materialista, inculto, socialmente inferior y que por tanto necesita un líder que le guíe (ellos mismos se ofrecen…).

El pueblo está formado por individuos, cada uno con su historia – un todo que incluye cultura, educación, origen familiar, étnico, religión y una psicología propia con sus prejuicios y sus irracionalidades. Cada individuo es por tanto único y no puede ser encasillado. Mientras que las abstracciones como la clase o la etnia pudieran ser generalizaciones útiles, no describen a una persona real. Las abstracciones intelectuales no pueden llegar a esencializar el populismo, que es la visión «destilada» de cada una de los individuos que forman el pueblo, y que puede llegar a incluir a cada persona considerada individualmente.

Está muy bien criticar desde la izquierda, pero sin caer en la demagogia tampoco. Más que en si son más religiosos o menos en lo que deberíamos fijarnos bien es que clase de economía política defienden y, sobre todo, esas personas que ahora ocupan cargos tras estas legislativas que es lo que van a promover. Esos Rand Paul, Michelle Bachmann, Sarah Palin o Marco Rubio. ¿Hay realmente un interés en acabar con los privilegios salvaguardados por el Estado para las grandes empresas o simplemente es oportunismo político lo que les mueve y a lo que realmente adhieren es al liberalismo vulgar, libremercadista de retórica y plutocrático de práctica?

En conclusión, la izquierda no puede responder al movimiento del Tea Party simplmente descalificándolo y encerrándose en el estatismo como la prensa burguesa de izquierdas. Si ve al Tea Party de derechas, tiene que formar un ala izquierda libertaria, una alternativa que radicalice el movimiento y lo lleve por derroteros que no defiendan los intereses de unos pocos. El poder no debe estar en el Estado pero tampoco en unos pocos líderes populares, el poder debe estar en el pueblo.

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7 Responses to La hora del té

  1. Victor L. dice:

    Vaya, me has quitado el tema de la boca!

    Ciertamente, la manipulación que están haciendo los medios europeos del Tea Party es escandaloso; tratamiento superficial, deshonesto y muy selectivo.

    Personalmente he de reconocer que siento simpatía por el mensaje inicial del movimiento, aunque no sé hasta qué punto llega su radicalidad -todavía no he leído propuestas concretas sobre la reforma sanitaria o el recorte presupuestario.

    La gran cuenta pendiente, en mi opinión, es rechazar abiertamente el racismo y desterrar a la minoría de garrulos que están empañando la imagen del movimiento. Visto desde fuera, todavía se parece mucho a los movimientos de anglosajones blancos y protestantes que tan poco éxito han tenido entre las comunidades minoritarias del país, y ya es hora de que empiecen a pensar en ello.

    Un saludo.

  2. Hugo dice:

    Muy bueno el texto de Gambone.

    Solo precisar que realmente el Tea Party empezó dentro de los seguidores de Ron Paul, para financiar su campaña presidencial 2008. Cuando los republicanos se pegaron la ostia contra Obama, y muchos de sus votantes tradicionales estaban descontentos con Bush y buscando otros aires, los neocon y Fox empezaron a infiltrar el movimiento.

    En mi opinión de los que nombras, solo Rand Paul podría suponer algún cambio real, y ni de eso estoy seguro. El resto nada de nada.

    Y por último, es «normal» que los medios «progres» arremetan contra las Tea Party, están acojonados de que algo así pase aquí.

  3. presurista dice:

    Un vistazo por su web, tiene vinculado el Instituto Spooner. Además en su programa de principios se ve muy libertario. Puede que haya que hacer un seguimiento más serio del que hasta ahora le dábamos. Al principio me pareció un poco más del folclore americano, aderezado con los «morritos» de la Palin, pero puede que sea algo interesante.
    http://bostontea.us/program

  4. Presurista, en realidad eso es otra cosa. Lo que mencionas es el Boston Tea Party un partido político formado como escisión del Libertarian Party y esto es simplemente el Tea Party un movimiento (no es un verdadero partido político, sería más bien una plataforma o una especie de caucus) cuyos políticos se presentan por el Partido Republicano.

    Un saludo y gracias por los comentarios a todos.

    Alberto García

  5. presurista dice:

    @Akberto:
    Gracias por la aclaración. Ya decía yo que no podía ser tan bonito 😉

  6. m. mortera dice:

    Yo he encontrado muy util la informacion sobre el TEA PARTY de los siguientes blogs (igual ya los conocen):

    http://moosecon.wordpress.com/
    http://www.obamaworld.es/

    Tambien la pagina del cato en ingles.

  7. Libertad Primero dice:

    Buen aporte

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