El puño de hierro detrás de la ‘revolución verde’

Oct 10 • Actualidad • 1181 Views • 26 comentarios en El puño de hierro detrás de la ‘revolución verde’

green revolution

Por Raskolhnikov

La llamada revolución verde, basada en el monocultivo y el uso intensivo de capital, productos químicos y nuevas tecnologías ha sido tratada en ambientes liberales como algo maravilloso, una muestra de cómo la tecnología y la inventiva humana pueden acabar con el hambre.

Esto también les sirve para azotar a los ecologistas, a los que pueden acusar de intervencionistas, liberticidas y reaccionarios, ya que rechazar la revolución verde es matar de hambre a gran parte de la población. Aquí tenéis una muestra.

De lo que se olvidan los neoliberales es de lo siguiente: la revolución verde más que un proceso espontáneo “de mercado” se ha parecido más a un plan quinquenal soviético, por el grado de intervención estatal implicado en la misma.

El mundo según Monsanto [1] contiene un párrafo que sintetiza esto de una forma excelente:

Tal como subraya Brian Tokar, cofundador del Institute for Social Ecology y autor de un número especial de “The ecologist” dedicado a la historia delictiva de Monsanto, no es sorprendente que los directivos de Saint Louis hayan estado en contacto con los militares del Pentágono. En un artículo titulado ‘Agrobussines, biotecnología y guerra’, Tokar escribió en 2003: «En realidad, el puñado de multinacionales que dominan el mercado de los abonos y de los pesticidas químicos hicieron fortuna durante la guerra. Son las mismas que hoy controlan la biotecnología y las semillas y, por lo tanto, la producción de alimentos». Así durante la Primera Guerra Mundial, DuPont (que se convertirá en una de las mayores empresas semilleras del mundo) suministró a los aliados pólvora de cañón y explosivos. En la misma época Hoechst (que en 1999 se fusionará con la francesa  Rhóne-Poulenc para crear Aventis, un gigante de la biotecnología) aprovisionó al ejército alemán de explosivos y gas mostaza. Junto con BASF y Bayer, Hoescht  formó en 1925 IG Farben, el mayor conglomerado químico del mundo, que produjo el Gas Zyklon (utilizado en los campos de la muerte para exterminar a los judíos). Por lo que se refiere a Monsanto, creada a principios de siglo para producir sacarina, multiplicó sus beneficios por 100 durante la Primera Guerra Mundial vendiendo producto químicos utilizados en la fabricación de explosivos o de gas de combate.

A veces es la propia guerra la que permite lanzar nuevos productos que a continuación proporcionarán beneficios a las multinacionales de la química durante décadas. Así, el DDT, cuya molécula había sido sintetizada en 1874, sale del olvido durante la Segunda Guerra Mundial gracias al ejército estadounidense, que decidió servirse de este insecticida, hoy prohibido, para acabar con una epidemia de tifus propagada por los piojos y que diezmaba a sus tropas en Europa del Este, y para erradicar a los mosquitos portadores del paludismo en el sur del Pacífico.

Desde 1944 Monsanto se lanza a la producción a gran escala de DDT en un momento en que sus relaciones con los estrategas del Pentágono se volvieron extremadamente privilegiadas: en efecto en 1942 el general Leslie R.Groves se pone en contacto con Charles Thomas, director de investigación de Monsanto, para participar en un proyecto ultrasecreto que llevará a una de las mayores catástrofes humanas y ecológicas de la época moderna. Bautizada como «Manhattan Proyect», el objetivo de este programa es fabricar lo más rápidamente posible la primera Bomba Atómica de la historia, la misma que se lanzará sobre Hiroshima y después sobre Nagasaki en agosto de 1945. Dotado de un presupuesto de dos mil millones de dólares, el «Manhattan Proyect» reunió a los mejores físicos estadounidenses en el laboratorio de armas nucleares del Pentágono situado en Oak ridge, Tennesse, mientras que a los químicos de Monsanto, bajo la dirección de Charles Thomas, se les encarga un misión delicada, aislar y después purificar el plutonio y el polonio que servirán para alimentar el detonante de las bombas atómicas. Al gozar de la confianza absoluta del Pentágono, la compañía consigue que estos trabajos capitales se lleven a cabo en su laboratorio de investigación situado en Dayton,Ohio.

Tras la guerra Charles Thomas, ascendido a vicepresidente de Monsanto, dirigirá los laboratorios Clinton, donde se encargarán de desarrollar las aplicaciones civiles de lo nuclear para el gobierno de Washington, al tiempo que conserva su puesto en Saint Louis. Acabará su carrera como presidente y director general de Monsanto (1951-2006), en un momento en que su empresa, que se ha convertido en uno de los grupos químicos más poderosos del mundo, está a punto de obtener el mayor contrato de su historia, la producción del «agente naranja» para la guerra de Vietnam…

Este párrafo es esclarecedor, y no es más que una muestra de lo que hay detrás del complejo tecnoindustrial; no simples emprendedores y “libre acción humana” (sic) como les gusta decir a los liberales, sino la dura y férrea mano del estado.

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[1]: En los apenas dos capítulos que llevo, El mundo según Monsanto es una muestra de la verdadera cara de la agroindustria y sus derivados, de los cómplices estatales y lo más importante, del peligro de la misma (especialmente Monsanto) que mediante diversas leyes estatales (sobre todo las patentes agrícolas) pretende convertirse en una gran monopolio agrario. Se recomienda encarecidamente su lectura.

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26 Responses to El puño de hierro detrás de la ‘revolución verde’

  1. «Institute for Social Ecology»

    Un grupo de pirados ecoterroristas que reparten manuales de como entrar a destruir cultivos mejorados de otras personas y apoyan la vía de la violencia en general. Todo un ejemplo.

    • Ontorbihem dice:

      ¿Eco-Terroristas? bueno habrá que verse. Yo por mi parte quisiera ver los manuales. A lo mejor los cuelgo de mi blog que estoy recomenzando. La verdad no comprendo tanta genuflexión.

  2. Stewie: te refieres a esos inofencivos productos agricolas de monsanto que si son llevados por el viento a mis campos, haran que termine siendo esclavo de esa transnacional, sin contar con el riesgo a la salud de los que consumen sin saber de esos «inofensivos» productos agricolas y sus respetivas vitaminas…

    tienes razon Stewie son todos unos pirados, mira que defenderse de la inventora del agente naranja, «pirados» «atrevidos» «desubicados»… 😀

  3. raskolhnikov dice:

    «Un grupo de pirados ecoterroristas que reparten manuales de como entrar a destruir cultivos mejorados de otras personas y apoyan la vía de la violencia en general. Todo un ejemplo.»

    Este instituto tiene una fuerte influencia anarquista, de Murray Boockchin más concretamente, otra cosa es que pretendamos hacerle el juego a las amiguitas del «gran gobierno».

    Entonces sí, son unos chalados ecoterroristas.

  4. Victor L. dice:

    Una cosa Stewie; independientemente de lo que haga o deje de hacer ese instituto, ¿es verdad o mentira lo que exponen aquí?
    Tomar hasta del enemigo -en caso de que lo sean, que no lo sé- es una muestra de madurez ideológica.

  5. He estado buscando donde leí eso y no lo encuentro por ninguna parte. Así que sin una evidencia, retiro lo dicho.

  6. Fabrixio dice:

    Si hay una relación entre el Institute for Social Ecology y ecoterroristas, sin embargo no es la línea predominante en ese lugar, digamos que sólo están cobijados por uno de sus directivos. Tengo una investigación al respecto del ecoterrorismo que quisiera publicar.

    Por otro lado, que es lo que nos quiere probar este artículo ¿Que todas las industrias tienen algún grado de subvención? ¿Que todos los avances tecnológicos de las últimas de´cadas se tocan con las investigaciones militares? Ya se sabe, y, ¿vamos a sentirnos culpables porque las empresas privadas usen esos avances?, ¿vamos a dejar de usarlos?, ¿vamos a renunicar a ello sabiendo que el costo es matar de hambre justamente a los más pobres y a los países menos desarrollados que son lo que más crecen demográficamenter y no podrían mantenerse con una agricultura «orgánica» que es más bien para paladares exquisitos y adinerados?

    Todos nos beneficiamos o nos hemos beneficiado del Estado – aunque ese beneficio es relativo – en algún momento, aunque sea bajo un subsidio, seas pobre o rico, o de clase media, seas un microempresario, un macroempresario, un asalariado bien pagado o mal pagado… ¿y? Ahora que quieres que devolvamos todoy renunciemos a nuestro estilo de vida porque queremos prescindir del Estado. Con ese argumento para ser anarquistas deberíamos destruir las calles y los puentes, los puertos y aeropuertos. Pues si es así, lo que todo individuo en su cabales te dirá o pensará: No jodas.

  7. raskolhnikov dice:

    Pues que el Gran Capital, la industrialización y el estado van de la mano, eso pretendo mostrar.

    Y lo mejor que pueden hacer los pobres es pasar de la mierda transgénica, y apostar por cosas ecológicas y con gran abanico para la autogestión como es la permacultura por ejemplo.

  8. Fabrixio dice:

    Y si a nosotros, los que vivimos en los países pobres nos da la gana de consumir transgénicos, porque resultan mejores o más nutritivos que el producto «silvestre» o porque nos resulta más barato a tí que te importa.

    Deja vivir a la gente, cada quien debe tener el derecho de usar sus libertad para elegir entre productos criados con agroindustria convencional – que nos alimentan- , productos vigorosos con manipulación genética, cultivos hidropónicos orgánicos -actualmente y usualmente caros- , cultivos escuálidos de agricultura de subsistencia -los del ensueño del mito del buen salvaje -, y los que el público quiera. Libertad, libertad, libertad, respetando el derecho ajeno.

    Si usted quiere una dieta para estar sano o para estar delgado, pues el mercado da soluciones, la libertad de buscar una o un nutricionista. No pretenda que el gobierno, los activistas, los grupos de presión o los terroristas ecológicos ocupen el lugar de la responsabilidad individual de verse y sentirse bien.

  9. raskolhnikov dice:

    Por mi como si te mueres, pero recuerda una cosa, que tus semillas transgénicas no contaminen mis huertos, que tus productos químicos no se filtren en el agua de la cual bebemos todos, que en tu mierda transgénica no mientas sobre la supuesta equivalencia entre ambos productos (algo que hizo Monsanto, comprando a científicos) y por último, financia tu mierda transgénica con tu dinero, y no vayas por ahí suplicandole al estado.

    A ver si eres capaz de hacer todo eso, guapo.

  10. Victor L. dice:

    La postura de Fabricio tiene tanto sentido como apelar a la libertad de asociación en un post sobre la intervención estatal a favor de las grandes empresas. Nadie está negando el derecho de los consumidores a elegir; Raskolhnikov solo apunta lo que hay detrás de los agronegocios actuales.

  11. raskolhnikov dice:

    Además, del problema de la contaminación transgénica, que trató A.Chena en su blog.

    Ahora mismo es casi IMPOSIBLE evitar la contaminación transgénica, la cual es muy grave, ya que destruye la biodiversidad (el principal puntal de un ecosistema) e incluso puede arruinar a un agricultor.

    Por ejemplo, la soja de Monsanto (creo) estaba tratada para resistir al roundup (el herbicida de Monsanto), a priori bien, pero decubrieron que su estructura básica estaba alterada y con el calor se rompían.

    ¡Transgénicos no gracias!

  12. Fabrixio dice:

    Y entonces porque las empresas, los trabajadores, las amas de casa y todos somos subvencionados en algún grado que quiere Raskol… que los ecoterroristas y los okupas, y los progres y lumpem anarcosindicaleros expropien a medio mundo por «impío»… no se me ocurre otra cosa con un fanático expropiador defensor de los grupos de presión de extrema izquierda como Raskol. Que más quiere que como los puentes y la calles los ha construído el Estado, entonces son impíos y los «verdaderos anarquistas debemos destruir esas obras a martillazo revolucionario… y renunciar a todos los avances tecnológicos que han recibido algún subsidio.

    De una vez condénanos a muerte, debería ser un poco más responsable con lo que implican tus afirmaciones Raskol, renunciar a los avances de la agricultura implica desacerse de la humanida en 3/4 parte. Un «genocidio verde».

    Sobre la externalidades, pues claro Raskol exactamente eso queremos, para eso defendemos los anarcocapitalistas la propiedad privada de verdad y no la mentirosa y ambigua «posesión» que aprovecharán los comunistas de turno -se dibujen o no una A en la camiseta- para robar la tierra en nombre del «pueblo».

    El anarcocapitalismo es la libertad, el comunismo por la fuerza -con o sin estado- es el robo y la muerte.

  13. Fabrixio dice:

    La verdad para mí los transgénicos son un gran avance. y como toda tecnología con el tiempo se van encontrando errores y se van mejorando, pero no podemos quedarnos atrás.

    Transgénicos Sí, por favor, al menos para probar de que trata. Y te lo dice una persona obsesionada con la nutrición saludable. Claro que es más fácil meter miedo como hacen los ecologistas que pensar y persuadir racionalmente como hacen los ancaps.

  14. Tsekub dice:

    Es imposible razonar contigo, Fabricio. Te cierras en los típicos círculos vicosos liberales. Que c/cual elija. Pero resulta que la elección está determinada por presiones diversas. Ah, pero ninguna elección es perfecta. La perfección no es de este mundo. Y así van a terminar justificando hasta a Hitler, si Hitler fuera un gerente y no un jefe de Estado.

    El tema es éste: ¿La gente ha elegido esta tecnología o la misma ha sido impuesta? Si los medios, la publicidad y el establishment académico te dicen que, para curarte un resfriado, tienes que comer un pedazo de caca frita y que no hay otra opción, vas a ver como todos nos volvemos coprófagos. Sobre todo si, cuando alguien dice huácala, se le tacha de lumpen, totalitario y qué sé yo qué más.

    Por otro lado, en temas técnicos soy muy cauto. Pero un conocido que estudia agronomía me dice que una agricultura orgánica moderna puede alimentar a un mundo hambriento pero -eso sí- usa más mano de obra. ¿Eso es una desventaja?

    Razona, usa esa mazamorra que tienes dentro del cráneo, por el amor de Dios.

  15. Fabrixio dice:

    Pues si el mundo moderno, y el capitalismo crea más opciones cuál es el objeto de condenar la libertad: si tienes la opción de comer caca y comer fresas, a que vienen las quejas.

    Es tal que hoy mismo sin tanto presupuesto puedes cultivar tus alimentos en un huerto relativamente pequeño… sólo que por división del trabajo pronto te puedes cansar de mantenerlo o de estudiar como empezarlo, depende de cada quien y su tiempo.

    Te bajas en Internet un manual sobre cultivos hidropónicos, las fórmulas de los nutrientes naturales que usa, los insumos que necesitas y los compras en el mercado capitalista. Quieres ser orgánico, listo, las fuerzas del mercado lo ponen cada vez más a tu alcance.

    No quieres comprar alimentos, pues practica una nueva forma de empresa: el prosumo (produce tu mismo lo que consumes), o compra con dinero a una empresa que se lucra con productos orgánicos (consumo responsable le dicen). Pero no me vengas con que el capitalismo y la producción es malvado por razones que son iguales a decir que andar con zapatos nacionales es malo porque la industria del calzado está subvencionada por política nacionalistas y entonces qué hacemos ¿destruímos los zapatos? ¿incendiamos la empresa nacional?… o pedimos más libre empresa y menos colectivismo si es que tu queja sincera es la «imposición».

    Sigo diciendo que no es tan difícil diferenciar entre ser un radical de la libertad que busca el progreso a un irracional que se estrella una y otra vez contra la pared frente a las cosas que son inevitables.

  16. Tsekub dice:

    Bien, atacar una tecnología por que fue descubierta o desarrollada merced a subvenciones estatales es absurdo. Eso es lo único en que tienes razón.

    Pero los problemas con los transgénicos son otros.

  17. raskolhnikov dice:

    «Pero no me vengas con que el capitalismo y la producción es malvado por razones que son iguales a decir que andar con zapatos nacionales es malo porque la industria del calzado está subvencionada por política nacionalistas y entonces qué hacemos ¿destruímos los zapatos? ¿incendiamos la empresa nacional?… o pedimos más libre empresa y menos colectivismo si es que tu queja sincera es la “imposición”.»

    ¿Donde he escrito algo de eso, Mr demagogo?

    Por cierto:

    «Sobre la externalidades, »

    A pesar de la propaganda de los lobbys de la biotecnología se ha demostrado que los cultivos transgénicos son imparables y contaminan todo cultivo que tiene cerca.

    ¿Trasngénicos? No, gracias.

    Y más cuando los principales plantadores de transgénicos son los grandes terratenientes (leanse compañías), esos que subcontratan,para el cultivo, eludiendo la responsabilidad por el suelo, perdiendo todo el posible incentivo que tiene un agricultor para conservar el medio, e hipotecando a las generaciones futuras, envenenando a las poblaciones vecinas y jodiendo a todo el personal.

    Pero claro, los campesinos que se oponen a los transgénicos son todos izquierdistas,buenos salvajes y progres de salón.

    «Transgénicos Sí, por favor, al menos para probar de que trata. »

    Por eso se introducen en el mercado mediante estudios parciales, falseados o sin saber las propias consecuencias, esto es como dijo un biologo británico «usar a los ciudadanos de cobayas»… curiosamente ese científico recibío presiones y marginación dentro del mundo científico, ya sabemos quién impulsa la tecnocracia y la tecnociencia de toda la vida.

    Los intereses capitalistas y estatales.

    Y tu estas del lado de los últimos, por mucho que grites muerte al estado, a ti te molesta el estado benefactor, ese que da limosnas para evitar el colapso, mientras que el estado con el que soñaba Locke, el que protegía a los propietarios se considera más o menos legítimo… Somos más libres ¿no? ¿Desde que se abolío la seguridad social la libertad se respita en el aire, ejem.

    Y yo respeto la propiedad, igual que respeto el territorio de un yanomami, respetaré al agricultor,al obrero y al vendedor de melones, pero no toleraré que grandes empresas hipotequen y esclavicen a países enteros.

    P.D: Ahora es cuando Fabricio me llama anarco-social democráta, ecoterrorista, comunista e hijo de Stalin

  18. Ontorbihem dice:

    En mi opinión el asunto de los transgénicos es que evidentemente tal y como está planteado sólo preserva una forma de agricultura y técnica que a la larga no son sustentables. Y sobre la pregunta de Tskub no es cierto eso que una agricultura «orgánica» requiera más mano de obra, muy al contrario Fukuoka demostró que es posible la producción intensiva a partir de sencillas técnicas que garantizan la biodiversidad y las herramientas propias de la naturaleza, con apenas inversión de tiempo y trabajo, esto para producir uno de los mejores arrozes en cantidad como en calidad que le mismo Gobierno del Japón quiso comprarle su patente exclusiva. A lo que obviamente se negó.

    Lo que molesta en el fondo es que se tocan privilegios y maneras de hacer muy lucrativas. Los transgénicos no vienen a resolver el problema del hambre, no fueron pensados para eso. Sino para garantizar la propiedad intelectual de los nuevos cultivos y el monopolio extensivo ahora de los alimentos.

  19. Tsekub dice:

    ¿Conocen la técnica hortícola del Bancal Profundo?

  20. Fabrixio dice:

    Si puedes intensificar la productividad en menores porciones de tierra, entonces hay una contradicción entre hablar de terratenientes y cultivos transgénicos. La tecnificación y la agricultura de mercado es lo que ha venido destruyendo los latifundios en el mundo moderno, eso y la reforma agraria.

    Es justamente en los países menos capitalistas donde hay terratenientes monopólicos, no en sociedades conde el capitalismo ha permitido la tecnificación y tener menor parcela no te hace menos productivo.

  21. raskolhnikov dice:

    Eso será en el capitalismo «ideal» fabrixio, en la India miles y miles de pequeños propietarios se han arruinado tras las diversas «revoluciones» agrícolas mientras que los grandes terratenientes se frotan las manos.

    La agricultura industrializada precisa de Capital, algo de lo que los pequeños agricultores siempre han carecido.

    Además de que la propia composición de la agricultura transgénica (se necesita dejar un 20 por ciento del terreno para refugio de los insectos, de forma que se puedan reproducir con las plagas resistentes y la raza no se fortalezca, ergo los insectos no se vuelvan más resistentes algo que para un pequeño propietario es imposible)

    Además, incluso dejando el lado ecológico de lado, la agricultura transgénica es basura, en la India por ejemplo, aumentó los beneficios el primer año, tras el tercer año ya era más cara que la agricultura convencional, y esperemos a que llegue el previsible agotamiento de los suelos, que llegará, ese día si que sabremos lo que es el hambre.

    Otra cosa de Monsanto es su brutal y especializado sistema de patentes, mediante el cual los agricultores no pueden volver a cultuvar las semillas sino volver a comprarselas a Monsanto, bajo pena de juicio ¡Incluso en el caso de que las semillas de soja roundup ready no hayan sido compradas sino haya infectado el campo!

    Monsanto es una empresa criminal, hija del estado grande, y merece desaparecer cuando llegue la anarquía.

    P.D: Carson tiene artículos críticos sobre el agrobussines, que pena que no sepa Inglés.

  22. raskolhnikov dice:

    La agricultura industrializada y transgénica es eminentemente latifundista y terrateniente (veanse los sojeros del paraguay y argentina), por el gasto de capital que precisa, maquinaria, abonos, el fuerte precio de las semillas transgénicas, los royalties de las patentes que hay que pagar, etc…

    Además de que todo cultivo transgénico debe dejar una zona de refugio para las plagas (alrededor del 20 por ciento del terreno) para que las mismas sobrevivan y puedan cruzarse con las resistentes, una especie de eugenesia inversa.

    Desde un punto de vista económico,enérgetico y ecológico la agricultura industrializada es una calamidad, los suelos ya se están agotando y seguro que para 50 años no darán más de sí, como esto no cambie nos espera una hambruna apocalíptica, y si encima se suma una crisis enérgetica nos podemos ir a tomar por culo.

    P.D: Si supuestamente la agricultura industrializada es beneficiosa para el pequeño propietario ¿Por qué tras la primera revolución verde y la segunda (los transgénicos) miles de pequeños propietarios Indios se han ido a la ruina?

  23. raskolhnikov dice:

    Se me han repetido dos mensajes muy parecidos, perdón por la rebundancia, es que creía que el primero se había borrado.

    Saludos

  24. Telmo dice:

    Te había aparecido como spam, y te lo he admitido.

  25. raskolhnikov dice:

    Ok, telmo.

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