Del capitalismo al libre mercado

Oct 18 • Mutualismo • 49642 Views • 29 comentarios en Del capitalismo al libre mercado

Benjamin tucker2

La retórica del libre mercado es contundente: el precio de los bienes se corresponde con el valor asignado por los consumidores; los propietarios de los factores de producción y los trabajadores perciben una parte equivalente a su aporte a la producción; y las empresas tienen el tamaño óptimo que, en cada sector, permite obtener la mayor cantidad de output con la menor cantidad de inputs.

Pero precisamente por ese motivo debemos cuidarnos de aplicarla en exceso. Si lo hacemos, corremos el riesgo de utilizar el genial aparato teórico del laissez faire para justificar situaciones injustas.

Es dudoso que, si la meta final a que tiende el mercado cambia constantemente, el trabajo perciba su producto completo en la actualidad; las barreras de entrada frenan la demanda de trabajo y los empresarios establecidos probablemente obtienen rentas de escasez artificiales. También es verosímil creer que el precio de los bienes no corresponde al valor real otorgado por los consumidores, cuyas compras son encauzadas selectivamente hacia los intereses del capitalismo corporativo; en ocasiones, son artificialmente elevados (p. ej. mediante el monopolio de las patentes), y otras veces son artificialmente reducidos (p. ej. mediante la PAC o las subvenciones al transporte). Por este motivo, además, se hace difícil admitir que el tamaño de las fábricas y empresas corresponda al óptimo de libre mercado: el precio artificialmente bajo –subvencionado- de algunos factores de producción (p. ej. el transporte o la educación técnica), por un lado; o artificialmente alto (nuevamente, mediante patentes, o cárteles), por el otro, nos llevan a pensar que las empresas se han “estirado” en exceso para utilizar intensivamente los factores subvencionados  -del mismo modo que las jirafas aumentaban su cuello para alcanzar los árboles en la teoría de la evolución de Lamarck-; o bien se han expandido cómodamente en sectores donde tales precios de monopolio se lo permitían.

Del mismo modo, existen conceptos que quizá no sean intrínsecos o adecuados a un libre mercado radical, a pesar de que en la actualidad sí son relacionados con la retórica de libre mercado. Ludwig von Mises decía que la prueba para discernir si un país poseía una economía totalitaria o de mercado era la existencia de una bolsa de valores; sin embargo, esta presupone una serie de accidentes históricos como el divorcio entre capital y trabajo y la propiedad ausente a gran escala que no son intrínsecos a la “lógica del mercado”. Sin la deuda pública, los privilegios reales o las expropiaciones masivas de campesinos a lo largo de los siglos pasados y desde la Edad Media, es plausible aventurar que las bolsas de valores no hubiesen alcanzado su posición dominante como método de financiación –e incluso que métodos alternativos como los cooperativas de crédito o los microbancos alcanzasen un amplio grado de desarrollo. La venta de acciones es un método costoso, ideado sobre todo para sufragar inversiones en activos específicos que los bancos son reacios a financiar, por lo que existirían menos incentivos para emplearla en un contexto de producción a pequeña escala y tecnologías multiusos.

Igualmente, aunque hoy consideramos las fusiones y adquisiciones como el método “natural” para reunir grandes capitales, este no es el único ni necesariamente el más eficiente; en gran medida tales métodos están artificialmente promovidos por incentivos fiscales de diversa índole (p. ej. por compensación de pérdidas entre empresas, o regulaciones a las transacciones de mercado). Numerosos estudios apuntan a que las fusiones y adquisiciones, al adherir peldaños en las jerarquías, aumentan los costes de información, reducen los incentivos del trabajo y disparan los problemas de agencia. En un contexto de libre mercado, cuando el tamaño medio de las empresas sea notablemente inferior, la solución obvia consistirá en involucrar a varias de ellas en una red de pequeños propietarios, subcontratando gran parte de las actividades en el resto de socios –algo que ya se practica en Rock Valley (Estados Unidos), Prato y Bolonia (Italia), y que ya han adoptado parcialmente muchas grandes empresas como Nike y Toyota. Cuando el mercado está adulterado en beneficio de una clase dominante, las respuestas organizativas probablemente tienen muy poca relación con alguna clase de criterio de eficiencia neutral.

Por ese motivo, los ejecutivos tienden a considerar el sueldo de los trabajadores como un “coste variable” a ser recortado, al tiempo que mantienen sus propios salarios como un “coste fijo”, inmune a los cambios en la coyuntura económica. La jerarquía de las grandes corporaciones repercute en toda la sociedad, hasta el punto en que es difícil discernir dónde acaba el mercado y dónde empiezan las relaciones de poder.

Tal y como dicen los economistas, la acumulación de capital es probablemente el método más común para aumentar la productividad del trabajo y, por lo tanto, el nivel de vida de los trabajadores. Sin embargo, en una sociedad operada por sus trabajadores, probablemente el énfasis pase desde la acumulación de capital a la eficiencia del trabajo, que aumentará la productividad a través de la observación y la mejora de los métodos de producción desde la misma línea de fuego. La abstinencia del capitalista será reemplazada por la inteligencia de los trabajadores.

En última instancia, el capitalismo estatal y el libre mercado se parecen tanto como la noche y el día; necesitamos términos nuevos para describir realidades distintas.

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29 Responses to Del capitalismo al libre mercado

  1. The Langlois dice:

    Genial artículo. Ideal para difundir el anarquismo de mercado entre economistas.

    Una pregunta Víctor, ¿conocés el argumento de Shapiro-Stiglitz sobre el «desempleo involuntario» (que está muy de moda hoy en día)? ¿Creés que es válido como crítica al libre mercado? Aquí hay una reseña: http://revistas.ucm.es/emp/11316985/articulos/CESE9696110105A.PDF

  2. Victor L. dice:

    Gracias Langlois. En cierto modo es una continuación del Mutualismo austriaco, ya que tenía el mismo propósito de voltear la economía austriaca contra sus partidarios más vulgares. Me gustaría desarrollar los puntos más sintéticos en otros post. 🙂

    No conocía el argumento de Shapiro-Stiglitz, gracias por el enlace. He echado un ojo y, si no lo he entendido mal, apunta que los empresarios retribuyen a sus trabajadores por encima del nivel de mercado para incentivar su eficiencia, lo que conduce a una menor demanda de trabajo y, en última instancia, al paro involuntario. Si no lo he malinterpretado, creo que el error está en considerar el «salario de mercado» como algo dado, cuando en realidad varía según la percepción que tiene el empresario de la productividad de sus obreros. Si percibe que con un «salario de eficiencia» producirán más, los beneficios extra del empresario y las economías de los consumidores posibilitarán la contratación de más obreros, aun cuando a corto plazo sea necesario despedir a gente.

    No me parece decisivo que los empresarios tengan una imagen incompleta y costosa de la productividad de sus trabajadores (del mismo modo que la tienen de los ladrillos o las máquinas de su fábrica, e incluso de los deseos de los consumidores), porque el proceso de mercado consiste precisamente en descubrir esa magntitud, de modo que quiebren quienes se alejen demasiado de la realidad. Solo me parece importante cuando el criterio de productividad está distorsionado por criterios políticos dentro de las organizaciones jerárquicas, lo que a su vez solo es posible por injerencias ajenas al proceso de mercado.

  3. The Langlois dice:

    Justamente pensé lo mismo, creo que reducir la información económica a información meramente técnica sin tener en cuenta el concepto hayekiano de conocimiento conduce a ambos autores a atribuir al paro causas que, como mínimo, son insuficientes para explicarlo. Pero de todos modos veo mucha relación con la tesis que el mutualismo viene sosteniendo: que la organización jerárquica de las empresas y el excesivo tamaño que han adquirido artificialmente se traduce en una deficiente transimisión y distribución de la información entre sectores.

    Habrás notado que el principal supuesto del modelo es que los empresarios no pueden percibir eficientemente la productividad de sus asalariados. Shapiro y Stiglitz no se ocupan de las causas de esta deficiencia, pero es ridículo creer que es un problema que sufre la pequeña y mediana empresa (otro corolario absurdo que muchos extraen de este modelo es que al parecer los sindicatos y la intervención sobre los salarios no tiene ni tuvo jamás razón de ser). Así que la labor de tomar argumentos apologéticos y volverlos contra el estatismo puede aplicarse hasta a la economía del bienestar: finalmente, otra de las cuasas que contribuyen al aumento del desempleo es el abismal tamaño que adquirieron las corporaciones gracias al Estado, que incentivan a los empresarios a «racionar» el trabajo. Y la solución obvia: aplicar el laissez faire en toda su extensión. Tengo pensado trabajar esto en un artículo futuro.

    Un saludo!

  4. Victor L. dice:

    Teóricamente, las grandes empresas sí pueden aproximar la productividad de sus trabajadores a través de la mágica contabilidad por partida doble de Mises, que permite aislar las pérdidas y ganancias de cada división. Creo que más importante que la percepción de la productivididad por parte de los gerentes, es el modo en que invierten los ingresos de la empresa: p. ej., a pesar de que los estudios muestran que los despidos tienden a mermar la formación de capital humano a largo plazo, los gerentes prefieren despedir trabajadores («coste variable») antes que reducir su propio salario («coste fijo»). Si vas a hacer un artículo sobre el tema te recomiendo que eches un vistazo a la Org Theory de Carson, donde trata el tema extensamente (el pequeño apunte sobre los salarios en la corporación lo saqué de allí, y me gustaría tratarlo en profundidad algún día). Curiosamente hace unos días subió en pdf el libro entero.

    Suerte con el trabajo. 🙂

  5. Fabrixio dice:

    Y que utilidad tiene decirle al capitalismo que es socialismo, y al socialismo decirle que es capitalismo, y que todos los demás se han equivocado con las definiciones…

    Si se quiere hablar de modelos de gestión de mepresas correcto, dígase, pero no se mienta con definiciones exóticas. Así no se convence a nadie: socialismo está relacionado con el Estado y el capitalismo con el libre mercado, 200 años de historia y teoría no la cambia un blog.

    El mensaje sobre otros modelos de gestión es más creíble y será más real si uno se deshace del bagaje inútil y anacrónico del mutualismo. No se puede convencer a los economistas serios de una teoría sobre una gestión empresarial más descentralizada y participativa si se sigue insistiendo en estar caprichos contra la propiedad del suelo, ni contra el lucro, ni contra la organización corporativa o el mundo de empresa de saco y corbata. Yo veo aquí más un prejuicio cultural incondicionalmente favorable a una empresa pastoril o un anti-corporativismo vulgar.

  6. Victor L. dice:

    Ya hemos discutido eso muchas veces, Fabricio. Ya que hablas de 200 años de historia, te he mostrado en otras ocasiones cómo surgen los términos capitalismo y socialismo. Ahora, si te respaldas en el uso que da la gente, deberías hacer una encuesta exhaustiva para demostrar tu tesis: hasta entonces yo veo que entienden cosas muy dispares e incluso contradictorias entre sí, y la mayor parte de los casos no tienen nada que ver con lo que entendemos tú y yo por ambos términos.

    Si continúas insistiendo y no tratas de comprender a tus interlocutores -como haces en todos los debates- asumiré que solo quieres trollear y hacernos perder el tiempo.

  7. Kunster dice:

    Buena entrada: sintetiza bastante bien algunas de las ideas más importantes del mutualismo.
    ¿Cómo es esa organización reticualr que ya se practica «en Rock Valley (Estados Unidos), Prato y Bolonia (Italia), y que ya han adoptado parcialmente muchas grandes empresas como Nike y Toyota»?

    ¿Cómo podéis seguir discutiendo por la definición de un término? Para un agorista o un mutualista, la palabra ‘capitalismo’ tiene un significado distinto que par un ancap, pero poco importa mientras se entienda lo que quieren decir…

  8. Fabrixio dice:

    Yo soy agorista hasta cierto punto, y el agorismo es ancap por definición, sino no tiene sentido:

    Apoyas la propiedad privada lockeana, y la teoría del valor de la e. austriaca, no quieres estado y crees en la libertad individual como derecho natural… eso se llama ancap, el agorismo es más estrategia de acción y comunicación que algo distinto de esto. El capitalismo de libre mercado no ha cambiado de nombre, eso es lo que defendemos y entiendo defiendes Kunster, el anarcocapitalismo SIEMPRE ha criticado el capitalismo actualmente insistente y lo llama capitalismo de Estado, socialismo de empresas, mercantilismo, intervencionismo, economía mixta, etc. SOLO QUIEN NO CONOCE LA TEORÍA ANCAP PUEDE DECIR -ERRADAMENTE- que la novedad agorista es porque se opone al capitalismo de Estado… tome usted cualquier libro ancap y encuentre la supuesta «novedad» agorista y verá que no lo es. Si un agorista critica el capitalismo de Estado es PORQUE ES ancap.

    Si un agorista no es ancap no es agorista, porque el agorismo es una rama del árbol anarcocapitalista. A mí lo que me molesta es que la falacias «mutualistas» sigan discutiendo y ellos sí troleando las definiciones para colar su teoría confusa y pintar al anarcocapitalismo como si nunca criticara las alianzas corporativas con el Estado, cuando más bien es algo intrínseco al anarcocapitalismo.

  9. Fabrixio dice:

    Y si no simpatizamos con los neo-mutualistas de seguro somos «libertarios vulgares», si claro, y ellos que son entonces, cuando no son francos en decir que la crítica anarcocapitalista a la alianza Corporación-Estado es tradición anarcocapitalista y cuando son ambiguos con el tema de la propiedad privada, derecho de todo individuo sobre la tierra.

    Y cuando no son francos que su crítica de mercado al intervencionismo a favor de ciertas empresas proviene del anarcocapitalismo, que es la teoría que ha elaborado de forma moderna esa crítica. Es decir: Saca la crítica moderna al Estado-Corporación del anarcocapitalismo, y a la vez dice que el anarcocapitalismo no hace esta crítica y ellos sí. Ellos le agregan cosas anti-libertarias y confusas a esa crítica y si no es estás de acuerdo, zas, eres un liberal vulgar…

  10. Victor L. dice:

    @ Kunster:

    Gracias!

    Sobre Bolonia, traduje dos artículos hace tiempo:

    http://www.mutualismo.org/2008/09/un-mercado-sin-capitalistas/

    http://www.mutualismo.org/2008/09/reportaje-de-emilia-romagna/

    Y sobre Rock Valley:

    http://www.mutualismo.org/2009/04/marrv-produccion-en-red-en-accion/comment-page-1/

    Respecto a Prato, aun no he escrito nada, pero espero hacerlo: se trata del centro textil más importante de Europa, que funciona como una red inmensa de empresas bastante pequeñas.

    En el ámbito corporativo Toyota tiene un sistema de «producción ligera», basado en cierta descentralización, cierta participación obrera y cierta subcontratación; y Nike prácticamente es un departamento central que gestiona los derechos de autor y el marketing, dejando todo lo demás a montones de empresas subcontratadas más pequeñas. (Creo que sobre Toyota comenté algo de pasada en algún post hace tiempo, pero no recuerdo el título).

    Un saludo.

  11. Aritz dice:

    Fabricio, ya que comentas lo que la gente entiende por los términos… Tienes razón en que la gente identifica libre mercado con capitalismo, pero para luego añadir que es lo que vivimos a día de hoy. Siguiendo esa regla ya nos podemos hacer de la expresión libre mercado y hasta de la expresión propiedad privada, porque a día de hoy están desvirtuadas por la mayoría.

  12. kasen dice:

    Fabricio, yo sobre los términos no te discuto, me parece que tienes tu mas razón, pero vamos a dejar de pelearnos por chorradas.
    Pero una cosa, según tu la propiedad privada es: «propiedad privada, derecho de todo individuo sobre la tierra». No creo que bajo el anarcocapitalismo la propiedad privada se convierta en un derecho universal, pues si fuera un derecho habría k conseguir k todo el mundo k kisiera dispusiera de ella, y como conseguirias eso? bajo «coacción»?
    Mas bien en el anarcocapitalismo cada uno puede poseer todo lo k kiera genere pobreza o haga lo k kiera kon ella,utilizarla como soborno, un buen metodo de coacción , en cambio bajo el mutualismo original, según proudhon: «la propiedad para que sea justa y posible debe tener por condición necesaria la igualdad».
    salud!

  13. raskolhnikov dice:

    Toda sociedad que se pretenda anarquista debe tener mecanismos económicos ( o no) que fomenten el reparto de la riqueza, al menos si se quiere evitar el ascenso de la plutocracia.

  14. Victor L. dice:

    @ Raskolhnikov:

    Ese análisis implica tácitamente que la plutocracia surge de modo natural a menos que se la contenga, cuando en realidad sucede lo contrario: solo una intervención masiva (y coactiva) puede crearla. Todo anarquismo per se está vacunado contra la plutocracia. Incluso el anarcocapitalismo, que en esos términos tiene muy poco de capitalismo.

  15. Eso depende de que entiendes como anarcocapitalismo tu victor, pero tambien creo que las cosas que defiende el anarcocapitalismo fomentan la plutocracia per se, por ejemplo la propiedad privadad la propiedad intelectual o el patron oro… Asi que todo depende que tanto pretenden aplicar la fuerza los anarcocapitalistas para mantener estas medidas que son realmente su sustento..

    saludos cordiales

  16. Victor L. dice:

    @ Marco:

    La propiedad privada es también un pilar del mutualismo (la posesión de la tierra es una forma de propiedad privada, si cabe más que la lockeana); la mayor parte de ancaps están contra la propiedad intelectual y, aunque promuevan el patrón oro -algo que no tiene nada de «plutocrático»- son partidarios de la banca libre, exactamente igual que nosotros.

  17. Ahhh osea que segun tu ahora todos los mutualistas somos anarcocapitalistas, por que aparentemente nada nos diferencia. Disculpame pero no estoy de acuerdo por mucho.

    LA propiedad privada implica la capacidad de enajenar algo, de venderlo y comprarlo, de usarlo desgastarlo y arruinarlo si asi te place, y como mutualista y ser humano no estoy de acuerdo, yo creo en el uso de la tierra con responsabilidad social, es decir el control de la tierra o recursos naturales por un plazo X – que puede ser un contrato de plazo determinado o mientras dure una actividad especifica- y que ese control se lleve con responsabilidad que evite cualquer daño a terceros o futuros usuarios del recurso. Como vez eso no es «privativo» por lo tanto no podemos decir que es propiedad «privada».

    Si no es asi, solo sera una fuente de privilegios y privilegios desencadenan plutocracia

    Al igual que el patro oro es solo pasar esos privilegios al control finaciero, una extension de mas privilegios para el que controla el oro, que ademas no hace ningun bien a la economia pues pone un limite artificial al trabajo, al libre comercio, al mercado, y que no tiene ninguna relacion con la actividad economica.

    y si la mayoria de los ancaps estan en contra de la pripiedad intelectual, me parece bien, pero estoy seguro que la totalidad de los mutualistas y comunistas libertarios estan en contra…

    Asi es amigo , estoy seguro que por todo esto tu te dices mutualista y no ancap

    saludos cordiales

  18. raskolhnikov dice:

    Víctor, te recuerdo que los primeros jefes fueron esos que podían dar de comer a toda la tribu y trabajar para ella (sacrificaba potencial económico por poder político, algo que algunas tribus pudieron atajar pero que otras, inmersas en crisis ambientales,demográficas y ecológicas no pudieron), o también podemos hablar del fenomeno del cacique en el mundo rural, el cual siempre es el hombre más acaudalado.

    Y cuando hablo de mecanismo entre ellos propongo la libertad económica, la libre tierra y el control municipal de base de los recursos.

    Además de una reducción de los núcleos de población humanos lo cual posibilita que la cercanía personal fuerce la «coacción social» con fenómenos como el apoyo mutuo, el prestamo sin interés y otras fenómenos de la economía rural, la cual al ser más cerrada y pequeña tiende a subordinar el interés económico a la propia armonía social, vamos, según algunos estudios de antropología económica del mundo campesino, donde incluso la relación «patrón-empleado» se podría calificar más de paternalista y protectora que de explotación.

    Saludos

  19. Victor L. dice:

    @ Marco:

    No he dicho que mutualismo y anarcocapitalismo sean lo mismo, sino que ambos son anarquistas y como tales comparten una base que es antiplutocrática per se.

    Tus propuestas sobre la propiedad dee la tierra y la naturaleza del dinero son otro debate, pero desde luego no son intrínsecas al mutualismo, y de hecho la primera de ellas es totalmente incompatible. Mutualismo y propiedad privada son indisolubles.

    @ Raskolhnikov:

    El Estado evoluciona de los cacicazgos, en determinadas épocas y lugares, para saciar ciertas necesidades organizativas relacionadas con la administración de los recursos, la construcción y mantenimiento de infraestructuras o la organización de la guerra. Los jefes de los que hablas no son trabajadores sin más; son quienes coordinan banquetes tribales (potlatch) que a su vez sirven para minimizar el riesgo de la caza o las cosechas entre una región amplia. Las pólizas de seguros o las mutualidades de la sociedad libertaria hacen innecesarios esos jefes; no necesitamos inventos de ingeniería social.

  20. raskolhnikov dice:

    Víctor, yo no he hablado de ingenieria social, sólo he atestiguado algo de lo que se ha estudiado en antropología, una sociedad cuya perspectiva es mantener un estado de anarquía, tenderá al igualitarismo, y esto con una neorruralización de la sociedad será más fácil de conseguir.

    Aquí nadie va a mandar a los disidentes a siberia, que hay que aclararlo todo.

  21. Victor L. dice:

    Con ingeniería social me refiero a que pretendes encajar la sociedad libertaria con tu ideal social, sin tomar en cuenta las decisiones probables de los individuos. Yo no quiero vivir en el campo, y no creo que sea necesaria ninguna «presión de los iguales» para mantener la anarquía salvo la competencia más amplia y libre posible. La antropología lo único que enseña es que las sociedades igualitarias tienden hacia valores igualitarios (recelo de los líderes, etc.), nada que ver con lo que tú estás proponiendo.

  22. No victor: la propiedad privada no es compatible con el anarquismo por eso los ancaps no son anarquistas de verdad, no puede haber anarquia y exclusion y la propiedad privada es escluyente, y asi tambien con el dinero . Si los ancaps quieren privilegios entonces no son tan antiputocracia por que el privilegio es moneda de cambio frecuente en la plutocracia, la crea y la lubrica….

    a proposito quiero tu propuesta a uso de la tierra y recursos naturales , y tu sustento de por que mi propuesta es incopatible 😉 tarea para la casa

    abrazos

  23. Victor L. dice:

    La propiedad es exclusión, del mismo modo que lo es mi soberanía sobre mi propio cuerpo: nadie puede utilizarlo más que yo. No veo la incompatibilidad con el anarquismo; de hecho, la ausencia de propiedad y de soberanía es lo que define a los totalitarismos.

    «Quien niega la propiedad privada es necesariamente un arquista» – Benjamin Tucker.

    • Tu no eres soberano de cuerpo, tu eres un individuo, tu «eres tu cuerpo», por lo tanto no lo posees, «eres eso», y los individuos no son sujetos de propiedad, tu no posees gente, no eres dueño de tus hijos ni de tu esposa ni de tus esclavos. El esclavista no poseia esa gente la retenia y la subyugaba con la fuerza, al igual que los trabajadores son subyugados con su sueldo debido a que tienen necesidad de subsistir por que los privan de los recursos que necesitan para realizar una actividad que los sustente… eso si es esclusion 😉

      Cuando tu usas algo y estas en control de eso tambien podrias llamarlo esclusion, pero hay una diferencia radical entre escluir a alguien por usufructo y escluir por derecho a propiedad privada, esa diferencia se llama explotacion, y no tengo que explicartelo por que tu eres sobradamente mas habil e inteligente que yo…

      saludos cordiales

  24. raskolhnikov dice:

    Víctor ¿He nombrado yo algo sobre una vuelta coaccionada al campo?, hablo de mis preferencias, lógicamente, ya lo que vaya a hacer cada cual… eso no se duda.

    Saludos

  25. Victor L. dice:

    @ Raskolhnikov:

    Dijiste:

    «Toda sociedad que se pretenda anarquista debe tener mecanismos económicos ( o no) que fomenten el reparto de la riqueza, al menos si se quiere evitar el ascenso de la plutocracia.»

    Y a continuación especificas que esos mecanismos consisten en la presión de los iguales -¿en qué consistirá esa presión?- en el contexto de una sociedad rural. Te encuentro demasiado ambiguo. 😛

  26. raskolhnikov dice:

    Hombre, mira, según tu unos de los mecanismos igualitarios serían el mercado, me parece bien, yo, como mis preferencias serían neorruralistas usaría además otros tipos de modos de presión social para evitar el ascenso de la plutocracia, pero oye, nunca impuesto, si a alguien no le gusta mi rollo se puede ir con viento fresco, XD.

    Saludetes

  27. Victor L. dice:

    Y, ¿en qué consistiría esa presión de los iguales?

    Si pretendes un sistema que combine el mercado a pequeña escala con algún sistema de «reciprocidad» a la Polanyi, perfecto. Pero me parece algo ingenuo pensar que en una sociedad actual eso pueda funcionar a gran escala.

    Un saludo Ras.

  28. raskolhnikov dice:

    Es algo sobre lo que quiero escribir, últimamente me ha dado por leer antropología económica, un pequeño libro de introducción, y a partir de eso ciertas ideas han alumbrado mi mente.

    Y mi visión de la sociedad Víctor, siempre es una visión a pequeña escala.

    Un saludete.

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