Prohibido Fumar
Con la entrada en vigor el 2 de enero de la llamada Ley Anti-tabaco, se prohíbe en España fumar en todos los espacios públicos. La ley es la 42/2010, de 30 de diciembre, y modifica algunos aspectos de la anterior ley del tabaco, la 28/2005, de 26 de diciembre, que no consiguió que se dejase de fumar en los espacios públicos. [1]
Esta ley no está justificada desde una perspectiva jurídica libertaria. Cualquier persona debería poder utilizar su propiedad para los fines que considere oportunos, y en particular permitir o prohibir fumar en ella. Los espacios públicos en los que se aplica la prohibición son en realidad espacios privados abiertos al público (matiz no trivial), y por tanto la decisión de qué se puede o no hacer en ellos recae sobre el propietario.
Pero sí existe algo que podría justificar la ley desde un punto de vista libertario. Hay evidencia de que el “humo de segunda mano” es perjudicial para la salud. [2] Por tanto, si alguien está fumando en un espacio cerrado donde hay otra persona, de modo que inevitablemente la segunda tiene que respirar el humo del tabaco de la primera, la segunda está siendo agredida por la primera en el sentido libertario. Sin embargo, estamos hablando siempre de espacios privados – negocios –, en donde se entra de forma voluntaria. El fumador pasivo no está obligado a estar ahí, así que la prohibición no está justificada. [3]
Por suerte, ya se han encontrado agujeros legales para saltarse la ley, como ha indicado Alberto García en un artículo.
A pesar de todo, muchos clientes a quienes les molesta el humo del tabaco o que no quieren ser fumadores pasivos han recibido bien la nueva ley. Y también muchos hosteleros y camareros que no fuman, y que ya no tendrán que aguantar el humo del tabaco.
Si muchos propietarios y clientes de los bares en efecto querían que no se fumase en ellos, entonces tenemos que preguntarnos por qué no lo prohibieron antes de que entrara en vigor esta ley. ¿Es posible que hubieran perdido clientes? Ciertamente, mucha gente fuma y quiere fumar mientras se toma un café o una copa. Pero también es verdad que mucha gente preferiría tomarse un café o una copa en un espacio libre de humos. El primer bar en prohibir fumar en su zona estaría en desventaja con los bares cercanos para atraer a clientes que fumen, pero tendría ventaja para atraer a aquellos que no fumen.
Ahora no podemos saber si habrían perdido clientes, y en su momento el propietario tampoco. Para éste suponía un riesgo, y si no lo tomó fue porque no estaba en condiciones de asumirlo. La mayoría de los propietarios de bares son pequeños empresarios, en ocasiones empresas familiares, que tienen mucho que perder. Si no se cambia nada, los ingresos se mantienen igual, pero si se prohíbe fumar, es posible que se pierdan ingresos futuros.
En contraste, aquellos establecimientos que sí eran grandes empresas o franquicias sí podían asumir ese riesgo. Prueba de ello es que ya estaba prohibido fumar en Starbucks y en McDonald’s, sin que aparentemente ello les hubiera supuesto una pérdida de clientes.
La incapacidad de asumir grandes riesgos es una desventaja inherente a los negocios pequeños. Los grandes negocios sí pueden asumirlos, y la única manera en que los pequeños pueden competir en ese aspecto es la cooperación entre ellos. Por eso, quienes deseamos la emancipación económica de los individuos debemos defender el asociacionismo económico basado en el apoyo mutuo. Los bancos cooperativos como JAK o las cooperativas de crédito pueden proporcionar acceso barato al crédito. Las divisas alternativas como WIR o los sistemas LETS estimulan el comercio a pequeña escala. Las redes de pequeñas empresas como REAS, MAARV o las que existen Prato o en Emilia Romagna permiten que estos negocios se apoyen unos a otros. Seguros cooperativos y sistemas de prevención social como Lagun-Aro minimizan el riesgo del desempleo. Y la mayoría de las redes de cooperativas como Mondragón o NOBAWC combinan los elementos ya mencionados.
La convivencia es posible. Quienes quieren estar en espacios libres de humo deberían tener acceso a ellos, al igual que quienes deseen fumar deberían poder hacerlo. Con instituciones como las que he mencionado, cualquier bar u otro negocio podría haberse permitido prohibir fumar, sin que ello hubiera supuesto la desaparición de locales donde sí se pueda fumar. Y, desde luego, serían capaces de muchísimo más frente al poder del estado y de la plutocracia que éste mantiene.
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[1] Ley 42/2010, de 30 de diciembre, Ley 28/2005, de 26 de diciembre.
[3] Pero, para que sea creíble que cualquiera que entra en un espacio privado – un bar, su puesto de trabajo – lo hace de forma voluntaria, debemos exigir que exista algún espacio público, de modo que el individuo pueda elegir entre estar en uno u otro. Por espacio público no quiero decir en propiedad del estado, sino que no tiene propietario y está abierto a todo el mundo. Si semejante espacio público fuera cerrado, entonces la prohibición de fumar sí estaría justificada. Roderick Long trata brevemente una cuestión parecida en In Defense of Public Space, en el epígrafe Public and Private: Allies, Not Enemies:
Supongamos que un intruso viene a mi finca y yo quiero expulsarle. Si todas las fincas de mi alrededor son también privadas, ¿a dónde voy a expulsarlo, sin violar los derechos de mis vecinos? Pero si hay una vía pública cerca, tengo algún lugar adonde expulsarlo. Así, la disponibilidad de espacio público puede ser una precondición moral para el derecho a no tener intrusos.
La única parte justificable de la ley, en mi opinión, es la prohibición de fumar en espacios cerrados donde haya niños, no porque vayan a adquirir el hábito (que me da igual), sino para que no respiren el humo del tabaco.
Han dicho algunos que esta ley es una “cortina de humo” (chiste inevitable) de ZP para que no se hable de la crisis, que es actualmente lo más importante. A parte del absurdo de la objeción (como hay crisis, no podemos hablar de nada que no sea la crisis), en realidad, esta ley viene por una normativa europea, así que esto es poco plausible.
Hace poco descubrí este excelente blog. Me presento, mi nombre es Federico, y soy de Argentina, Buenos Aires (asumo que sos de España).
Realmente me entusiasman las ideas sobre la libertad y la propiedad, de hecho en mi país hace poco surgió el partido liberal liberario (http://www.partidoliberal.org.ar), que sostiene muchas de las ideas que aparecen en este blog.
Descubrí mediante tus artículos a Kevin Carson y me bajé sus libros, pero están en inglés y me da mucha pereza leerlos (además que hay cosas que no entiendo). No sabes si se consiguen traducidos en algun lado?
Saludos
¡Hola Fede!
Aquí somos anarquistas, no solemos (creo) votar mucho, jajaja.
También hay que decir que hacemos mucha más «apología» por así decir de las cooperativas que a los liberales. Nos suelen gustar más esta clase de empresas horizontales de tipo voluntario más que las empresas convencionales al uso, de tipo jerárquico con un jefe arriba y unos empleados abajo.
Luego tambén es cierto que podemos llegar a coincidir bastante en cosas referentes a la libertad política, económica, social, etc., con los liberales, sí.
Traducciones me temo que sólo hay esto o poco más:
http://www.mutualismo.org/traducciones/
http://anarcofago.blogspot.com/2005/03/ms-all-de-karl-el-anarquismo-ha-vuelto.html
¡A pasarlo bien por Bs. As!
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