Esplugas sobre el mercado de trabajo

Mar 21 • Actualidad • 4422 Views • 2 comentarios en Esplugas sobre el mercado de trabajo

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Albert Esplugas ha posteado una entrada en su blog sobre el mercado de trabajo y el despido libre, a raíz de una réplica de Elkoko a un artículo anterior.

La contestación de Albert tiene buenos puntos que, en mi opinión, refutan la argumentación de Elkoko, pero también contiene fallas importantes. Por ejemplo, dice:

El error en el planteamiento de Elkoko es la premisa de que el factor escaso es la empresa o el puesto de trabajo. Por el contrario, el factor escaso es el trabajo. Simplificando: no hay muchos trabajadores compitiendo por un mismo puesto de trabajo sino muchas empresas y proyectos de empresa compitiendo por los mismos trabajadores.

Y continúa más adelante:

La oferta de trabajo es finita (hay un número limitado de trabajadores que pueden realizar un número limitado de tareas) y los usos útiles de esa oferta son infinitos (la mano de obra es útil para infinidad de proyectos que aportarían valor a los consumidores). En otras palabras, el factor trabajo tiene infinitos usos útiles y sólo puede utilizarse para unos cuantos, de modo que únicamente el empresario que puje más por ese factor trabajo podrá emplearlo en el uso útil que tiene en mente, y el límite de la puja lógicamente lo marca la productividad del trabajador (el valor que el empresario cree que este trabajador adicional aportará a su proyecto).

La perspectiva de Albert es interesante para un contexto de libre competencia (en el cual los salarios sí tenderían a coincidir con su productividad marginal), pero ni siquiera en ese marco es totalmente acertada, y aplicada al contexto de capitalismo estatal actual es totalmente incorrecta.  De hecho, a partir de esas premisas es imposible explicar las grandes disparidades de salarios entre países, para aquellos casos en que la productividad marginal del trabajo no puede justificarlo. En efecto, ¿por qué un trabajador de Nike, que desempeña un puesto similar, tiene una retribución diferente según viva en Estados Unidos, China o Filipinas?

Por un lado, es cierto que los posibles usos del factor trabajo son infinitos, pero el capital y la tierra complementarios (en el sentido clásico) son tan finitos como aquel.
La demanda de trabajo, por lo tanto, queda reducida a aquellos casos en que existen factores de producción complementarios al trabajo, cuyo precio sea, además, inferior a la productividad marginal de los mismos.
En este sentido deben jugar algún papel las patentes, que encarecen la maquinaria (y dificultan el autoempleo de los trabajadores, por lo que repercuten sobre el mercado de trabajo por partida doble); y el monopolio de la tierra, que incluso desde una perspectiva lockeana restringe la oferta de este factor y eleva su precio (en el caso de España, véase la draconiana ley del suelo).

Por otra parte, las barreras estatales a la competencia limitan sustancialmente la demanda de trabajo.
Las licencias, los permisos municipales, etc. tienden a restringir el número de empleadores y, por lo tanto, también la capacidad de negociación de los trabajadores.
El monopolio bancario obstruye la demanda de trabajo y las oportunidades de autoempleo de los obreros; y los cártels de pequeños propietarios (taxis, farmacias, estancos, autobuses, etc.) tienden a restringir igualmente sus oportunidades. En ese sentido, las barreras al emprendimiento en sectores poco intensivos en capital (y por lo tanto asequibles al trabajador medio) juegan un papel similar al monopolio de la tierra en el siglo XIX, formando una oferta de trabajo altamente inelástica, dócil y lista para ser explotada.

En definitiva, la situación en el mercado de trabajo es más similar a un monopolio de demanda (o monopsonio) en el que un número limitado de empleadores se disputan una masa ingente de trabajadores que a un contexto de competencia abierta en el que los empleos andan detrás de los empleados.

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2 Responses to Esplugas sobre el mercado de trabajo

  1. koikili dice:

    Menudo fascista el esplugas este. Dando voz a las gilipolleces de los portavoces de la patronal española más rancia (libertad digital) os os poneis en vuestro sitio: ¿esta web es la de mutualismo de la CEOE? ayudemonos los empresarios para que se jodan los trabajadores.

    Victor L. porqué no te olvidas ya de la productividad marginal… ¿no te das cuenta de qué no sirve para nada? ¿que no tiene ninguna conexión con la realidad? Si nadie la puede calcular, entonces ¿porqué os empeñais en utilizarla como instrumento teórico? ¿qué intereses defendeis?

  2. Victor L. dice:

    Koikili, creo que no te has enterado de que Albert Esplugas es liberal (no mutualista, y mucho menos fascista), y precisamente estaba contestando lo que consideraba incorrecto de su argumentación.

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