La cooperativa bate a la empresa capitalista
En este artículo estoy usando el término ‘empresa capitalista’ para referirme a una empresa en la que los propietarios del capital están separados de los trabajadores y ‘(empresa) cooperativa’ para una empresa en la que los propietarios son sus trabajadores.
Una empresa capitalista debe dedicarse a ofrecer el servicio que ofrezca o a fabricar el producto que fabrique, y obtener con su venta el beneficio que reciben los propietarios. Una empresa cooperativa hace esto mismo excepto obtener beneficio. O, dicho de otra forma, en la cooperativa el beneficio se reparte entre los cooperativistas.
Una empresa capitalista en un momento dado puede ser especialmente competitiva por hacer adoptado unas medidas adecuadas, por ejemplo, una gestión exitosa, una estructura organizativa adecuada o un buen aprovechamiento la tecnología. Ahora, si bien las empresas capitalistas tienden a ser más jerárquicas y las cooperativas tienen a ser más democráticas, la diferencia entre unas y otras está sólo en la estructura de la propiedad. Así que ambas pueden dedicarse al sector económico que sea y tener la estructura organizativa que sea. Por ello, una cooperativa puede adoptar medidas similares, y en ese caso será aún más competitiva que la empresa capitalista, ya que restará el beneficio. Es decir, el beneficio que en la cooperativa no irá para los propietarios, podrá dirigirse a reducir los precios, aumentar los salarios, a la reinversión o en general a mejorar su actividad.
No olvidemos que la demanda está formada por consumidores, y que el objetivo de los consumidores es obtener aquello que necesitan por el mínimo precio, no enriquecer a los propietarios de la empresa a la que se lo compran.
Se puede argumentar de forma análoga para las cooperativas de consumo. Este caso se da en bienes y servicios que en general no se venden sino que se contratan, como la electricidad, teléfono, agua, toda clase de seguros, servicios bancarios, y un largo etcétera.
La empresa capitalista cobra periódicamente del contratante una cantidad con la que tiene que afrontar los gastos que supone proveerle, además de obtener un beneficio. Una cooperativa de consumo no obtiene ese beneficio, o si lo obtiene lo reparte entre sus miembros. Ese gasto que no tiene puede restarse los precios, sumarse a los salarios o a la reinversión, en cualquier caso haciendo a la empresa más competitiva.
Además hay que añadir que la cooperativa de consumo ofrece a sus clientes control democrático sobre la institución y capacidad de decisión directa sobre el servicio. Esto da a sus clientes una seguridad que en la empresa capitalista no tienen.
En resumen, es de esperar que en el libre mercado las cooperativas tengan una importante ventaja frente a las empresas capitalistas convencionales.
Este razonamiento puede que explique el éxito de algunas cooperativas. En España se pueden señalar varios ejemplos. La Mutua Madrileña ofrece seguros por unos precios con los que otras compañías no pueden competir. La Corporación Mondragón es uno de los principales grupos empresariales del país, y en particular Eroski una de las principales cadenas de supermercados. Sus empresas ofrecen precios bajos y condiciones laborales superiores a las de otras empresas. En la agricultura, las cooperativas son casi la norma. Y en otros países, como el Reino Unido o Dinamarca, el movimiento cooperativista es bastante fuerte.
Estas cooperativas no deben estar exentas de críticas. Su situación privilegiada también se debe a la intervención del estado. En particular, las empresas de Mondragón se benefician copiosamente de las infraestructuras de transporte públicas o subsidiadas, ya que la mayoría de ellas se dedican al sector secundario o a la distribución, y por lo tanto las utilizan extensamente sin pagar sus costes completos. Y no hay duda de que la Mutua Madrileña se beneficia de los seguros obligatorios de automóvil. Y, como en todos los sectores, las barreras legales de entrada limitan la competencia, y los intereses altos, debidos al control estatal sobre la banca, favorecen la acumulación del capital.
Además, por su situación de poder en el mercado, tienden a adoptar estructuras jerárquicas y a abandonar sus ideas originales, y acaban pareciéndose otras empresas más convencionales.
Por todo ello, podemos decir que estas empresas no constituyen casos muy ejemplares de organización mutualista, pero corroboran la hipótesis de que las cooperativas tienen ventaja sobre otras formas de organización económica.
Si este razonamiento es correcto, surge naturalmente la pregunta de por qué no vemos que predominen las cooperativas en el sistema económico actualmente existente. Un estudio detallado de su funcionamiento nos lleva a sospechar que las empresas capitalistas, y en particular las más grandes y jerarquizadas, son favorecidas por la intervención del estado en la economía. Por contraste, un mercado verdaderamente libre será más compatible con empresas de tipo cooperativo. Éstas son las tesis fundamentales del mutualismo.
Este artículo no es lugar para analizar minuciosamente como ocurre esto, pues de ello trata la totalidad de la literatura mutualista. Pero cabe indicar algunos puntos.
Por los ejemplos puestos, parece claro que una vez una cooperativa alcanza una situación estable, no tiene demasiadas complicaciones. Luego el problema debe estar en la creación de nuevas cooperativas.
Ahí encontramos un importante inconveniente en las cooperativas: juntar a un grupo de gente para que se organice y trabaje cooperativamente es, en general, más difícil y costoso que juntar a un grupo de gente para que invierta en un negocio convencional. Esto es más cierto si hay que juntar a un gran número de gente. Diversas medidas estatales – determinadas formas de regulación, determinados impuestos, la infraestructura de transporte estatal – hacen que aumente el tamaño medio de las empresas, por lo que aumentan los costes de iniciar cualquier empresa, y por lo dicho, notablemente más para una cooperativa. Si a ello le sumamos unos intereses artificialmente altos, el coste llega a ser prohibitivo.
Además, como la apertura de un banco es un trámite legal costosísimo, los bancos están en una situación de oligopolio. Puesto que éstos suelen ser empresas capitalistas, las cooperativas son vistas como empresas excepcionales y están discriminadas a la hora de recibir crédito. [1]
Todo ello, hay que insistir, sería distinto si el estado no estuviera de por medio.
El apoyo mutuo no se puede imponer por medio de la coerción del estado, sino que, más bien al contrario, es la coerción del estado la que impide la realización del apoyo mutuo, lo que se interpone entre el mundo presente y el mundo que queremos. Tenemos motivos para ser optimistas.
[1] Esta idea está analizada en el efecto del monopolio radical sobre la empresa cooperativa.
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6 Responses to La cooperativa bate a la empresa capitalista
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Lo que expones es más o menos lo que me llevó en su día a pensar que lógicamente una cooperativa tendría que ser más eficiente económicamente que una empresa capitalista. Hoy también debo decir que he moderado mi postura algo, porque creo que para que esa eficiencia se manifieste, las cooperativas tienen que estar estar «primero en su salsa», creándose estructuras, ecosistemas o redes de cooperativas con suficiente masa crítica.
Me autocito del foro de Solo es política:
Por eso creo que para las cooperativas es vital no quedarse aisladas sino que tienen que construir junto a otras ecosistemas económicos como los sistemas Mondragón o MARRV, las filés, o las redes de mercados sociales, etc.
¡Felicidades! Buen artículo y, aunque no estoy completamente de acuerdo con el comentario posterior (la cooperativa, ¿es menos competitiva que la empresa capitalista de su mismo nivel? Tsé, tsé) los enlaces finales son realmente buenos.
¡Animo!
Por favor no inventemos cosas que no he dicho. En ningún momento afirmé que la cooperativa sea menos competitiva que la empresa capitalista a su mismo nivel, lo que dije es que en una situación donde dominan las empresas capitalistas, las cooperativas tienden a comportarse como unas empresas capitalistas más con el tiempo y eso está muy demostrado con la merma de los valores cooperativos en el grupo Mondragón desde sus inicios o la deriva que ha llevado la Central Lechera Asturiana, en la que incluso hubo hace unos años sectores que querían que dejase de ser una Sociedad Agraria de Transformación (SAT) además de que ya desde hace bastante ha delegado la producción en la Corporación Alimentaria Peñastanta, S.A. (CAPSA), poseída en mayoría por la SAT, quedando las labores más cooperativas circunscritas más que nada al tema de la recogida de la leche. Y todo esto se ha hecho poniendo como excusa de «mejorar la eficiencia y la competitividad».
Es que no es nada justo esto. Claramente el modelo esbozado por mí en primer lugar era uno donde las empresas capitalistas dominan, nada de que están al mismo nivel, eso te lo has inventado tú. Precisamente si vas a foro donde puse originalmente el comentario, ante un modelo de 50%-50%, es decir cuando empresas capitalistas y cooperativas estén al mismo nivel, que es lo que tú dices, simplemente dije que no me atrevía a asegurar nada.
Pero en definitiva las cooperativas necesitan crear federaciones y ojo que construir una red de cooperativas o ecosistema económico cooperativo, por si solo tampoco te garantiza nada como es lo que ha pasado con Mondragón.
Pero es que también esos comentarios que hice en el foro de Sólo es política fueron pensados para escenarios de modelos económicos como los actuales, la economía regulada e intervenida por los estados que distan del libre mercado y apertura económicas que defiende el mutualismo, que considera que favorecería a las cooperativas y perjudicaría a las empresas capitalistas.
O sea me has criticado a base de sacar totalmente de contexto mi aportación. No me parece nada justo eso.
@ ojoaldato:
gracias!
@ Alberto García:
Por su naturaleza, las cooperativas tienden a cooperar entre ellas (por eso hay federaciones de cooperativas como Mondragón o NoBawC, pero no hay federaciones propiamente dichas de empresas), y esa cooperación suele tener algo de solidario a parte de lo «estrictamente económico» (creación de una cooperativa de crédito, de un seguro de desempleo, etc). Mientras estas asociaciones sean voluntarias, son perfectamente compatibles con el libre mercado, aun cuando suenen a centralización y planificación económica. Creo que en este tipo de federaciones está la esencia del federalismo de Proudhon (adoptado por muchos anarquistas posteriores).
Como tampoco podemos asegurar al 100% que las federaciones de cooperativas vayan a surgir espontáneamente en el libre mercado, creo que sobre todo son importantes para ir ‘contruyendo un mundo nuevo sobre la corteza del antiguo’, y como bastión ante el sistema en el que los trabajadores tengan seguridad económica y libertad sin tener que esperar una revolución.
Esto tiene un problema. La empresa capitalista normalmente recibe inversiones de millonarios que no trabajan en la empresa. En cambio en las cooperativas nadie puede invertir si no lo hacen a la vez, cosa que implica que los unicos que pueden invertir son los trabajadores. Y quienes trabajan? Pues gente pobre, que dificilmente será capaz de invertir.
La empresa capitalista puede tener una estructura jerarquica que suele funcionar muy bien, y además recibe inversiones externas. Si gracias a recibir una inversión multiplican por 2 su productividad, ganarán por goleada a la cooperativa. Por eso las empresas más importantes del mundo no son cooperativas.