El mito de la globalización

Jun 27 • Actualidad • 8335 Views • 7 comentarios en El mito de la globalización

Uno de los mitos  liberales más perniciosos es aquel que supone que solo las multinacionales pueden proporcionar trabajo y prosperidad en los países del Tercer Mundo. Así, nos muestran las plantillas de Nike y Coca-Cola nutridas de decenas de trabajadores, niños y adultos, que gracias a estas corporaciones han conseguido un empleo, o simplemente un empleo mejor del que podían conseguir si no estuvieran ellas. De esta forma, los liberales suavizan su crítica de las corporaciones y llegan a justificarlas como punto clave del progreso en el capitalismo, tal y como hiciera el imperialista norteamericano Brzezinski. [1]

 

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En esta tesitura, garantizar los subsidios al transporte y la responsabilidad limitada de las corporaciones ya no son acciones execrables que tienden a concentrar la riqueza en pocas manos y destruir a los pequeños propietarios y a los trabajadores, sino un generoso gesto por el desarrollo de los países menos favorecidos.

 

En realidad, lo que necesitan los países en desarrollo no son multinacionales que destruyan su pequeña industria y comercio nacionales, sino la libertad económica suficiente, dentro y fuera de sus fronteras, para producir y exportar aquellos productos en los que tienen una ventaja comparativa o absoluta sobre los demás.

Si los campesinos bolivianos pudieran cultivar libremente la coca, esta rama de la producción daría empleo a tantas personas como el sector admite y, como Bolivia tiene una ventaja comparativa sobre el resto de países en su producción, recibirían un abultado beneficio de este negocio. Pero el Estado boliviano, por una parte, prohíbe parcialmente su cultivo y subvenciona otros cultivos menos rentables, desviando la producción artificialmente –y a costa del contribuyente- hacia sectores menos rentables, lo que a largo plazo se traduce en una menor creación de riqueza de la que hubiera tenido lugar en otra circunstancia. Y, por otra parte, los Estados desarrollados prohíben la importación y comercialización de la coca.

En África sucede algo similar, allí los Estados perjudican la rama de la producción sobre la que el África subsahariana tiene una ventaja comparativa: la agricultura. Por una parte, las habituales trabas a la apertura de negocios y, por la otra, la subvención de la gasolina, que hace más rentable la venta directa del combustible en lugar de su utilización para el cultivo, frenando el desarrollo natural de la riqueza en esos países, especializándose en lo que mejor saben hacer. Por supuesto, no hay que olvidar las trabas de Norteamérica y Europa a la importación de productos agrícolas, así como la subvención de sus propios agricultores.

 

El Estado es la pobreza, pero las multinacionales no son su antítesis. Ya hemos visto que, dada cierta libertad de comercio, las industrias locales pueden especializarse en aquellas tareas en que tienen una ventaja sobre el resto de industrias del mundo, y de esta forma pueden ampliarse y dar trabajo a más gente, sin necesidad de invasiones corporativas. No crean lo que les dice Johan Norberg. Con libertad de comercio las multinacionales son innecesarias; y sin tal libertad son industrias monopólicas que viven de la explotación de centenares de seres humanos.

 

[1]: Brzezinski fue un asesor del presidente norteamericano Jimmy Carter.

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7 Responses to El mito de la globalización

  1. valiente articulo, aun que seguramente algunos lo criticaran no solo por el contenido de fondo si no tambien por el ejemplo del cultivo de coca boliviana..

  2. Buen artículo por valiente, aunque podía ser mejor… :P, el tema de las ventajas comparativas -que es uno de los argumentos a favor del librecambismo internacional- podías haberlo explotado mejor.

    Sería muy interesante profundizar en la noción vaga que tenemos los anarquistas de mercado de que el mercado libre supondrá el desarrollo intensivo de las economías locales y el freno natural a las corporaciones internacionales. Aunque si anotaría que a las multinacionales -algunas- no hay que detestarlas por grandes sino por parásitas.

    Salud y (A).

  3. Aritz dice:

    Buen artículo Victor. Desgraciadamente, opinar estas cosas es lo que hace que unos nos llamen ultraliberales y otros nos digan ignorantenes marxistas xD.

    Me ha gustado especialmente el ejemplo de la coca. Dando donde duele.

  4. Carlos Dutty dice:

    Puedo copiar y publicar este texto en Tuenti citando al escritor y a esta página???

  5. Carlos Dutty dice:

    Lo único que no me gusta del artículo es la referencia al comercio e industria nacional frente a las multinacionales. Esos conceptos en una configuración anarquista carecen de valor, ya que no existirían las naciones, sólo un mundo globalizado, en su sentido más auténtico.

  6. Victor L. dice:

    Sí, claro que puedes, estamos contra el monopolio de las patentes 😛

    Respecto a la referencia a la «industria nacional», quizá tengas razón, aunque quería subrayar que las regiones hoy día bajo el yugo de «Estados nacionales» podrían conservar gran parte de su autonomía económica en un mercado realmente libre con respecto al resto del mundo, y especialmente las multinacionales -que son el peligro principal-.

  7. Carlos Dutty dice:

    El comercio justo es el comercio libre, y a la inversa. Corporación multinacional está muy lejos de ser un ejemplo de eso. Lo mejor del artículo es la referencia a la Guerra contra las drogas, da para mucho juego ese tema, ahí es donde se ve la hipocresía de los liberales conservadores que hablan de libre comercio pero luego luchan contra algo tan privado como es el consumo de drogas. Cuanta gente mandada a la cárcel o a la miseria por gracia y obra del Estado.

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