El capitalismo y los mineros de Chile

Nov 3 • Actualidad • 7189 Views • 6 comentarios en El capitalismo y los mineros de Chile

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El libre mercado no existe realmente, pero todos hablan de él, ya sea para bien o para mal. A raíz del accidente en la mina San José de Chile que tuvo un final feliz, el periódico Wall Street Journal publicó recientemente un artículo titulado El capitalismo salvó a los mineros. Aunque el enlace de la noticia del Wall Street Journal está en castellano, voy a citar una nota del Menéame que resume el argumento del redactor muy bien:

El rescate de los mineros de Chile es una victoria aplastante para el capitalismo de libre mercado. Samsung aporto telefonos, el cable de alta resistencia es alemán, Japón proporciono el cable de fibra óptica y el taladro perforador fue hecho por una microempresa de Pennsylvania con fines de lucro. Sin la innovación del capitalismo los mineros estarían muertos.

Pero si tenemos en cuenta cosas como que las patentes ralentizan el desarrollo al ponerse freno a los avances tecnológicos (remito al trabajo de Kevin Carson titulado Propiedad intelectual: una crítica libertaria ) quizás sería más apropiado algo del estilo «los mineros se salvaron a pesar del capitalismo monopólico».

En la otra cara de la moneda, Rebelión publicó un artículo titulado: Mina San José: los resultados del capitalismo salvaje. En él se dice al final:

El yacimiento San José, a pesar de los múltiples avisos previos que dio la mina, incumplía reglamentos de seguridad, carecía de salida alternativa a la principal, y poseía un solo refugio con capacidad para sólo 20 personas, más apto como refugio de incendio que de derrumbes.

El desastre en la mina San José es una muestra de lo que puede pasar cuando con un capitalismo salvaje y desregulado en la práctica, las empresas pueden privilegiar las ganancias sobre cualquier otra consideración, incluso el riesgo de la vida de los trabajadores. Ha dejado al descubierto la responsabilidad del estado que prioriza a las empresas, y al crecimiento económico, sobre las vidas de los mineros.

Pero tampoco creo que regulando más se arregle el problema. En parte las regulaciones pueden provocar estas actitudes en las empresas. Por ejemplo si en la empresa se sabe que ante un accidente laboral en el que se produzca alguna minusvalía será la Seguridad Social del Estado la que asuma los costes, por mucho que estén por ley obligadas a tomar ciertas medidas preventivas, los empresarios podrán estar más «relajados» en este tema por la existencia del Estado protector que si ante una desgracia supieran que iban a tener que responder con toda la responsabilidad y patrimonio (nada de ficciones legales como «sociedades de responsabilidad limitada») y asumir ellos o las compañías de seguros que tengan contratadas todos los costes. En ese segundo caso es posible que voluntariamente tomarán ellos esas medidas preventivas.

De todas formas la mejor solución que se podría dar desde el mutualismo es la de empresas controladas por los propios trabajadores. Ellos mejor que nadie cuidarían de sí mismos, supuestamente.

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6 Responses to El capitalismo y los mineros de Chile

  1. HoracioG dice:

    Es el avance de la ingeniería la que los salvo, y quedaron atrapados por la culpa del estado que protege a los irresponsables que no hicieron cargo a tiempo de problemas que sabían que existían.Tuvieron suerte, y tuvieron suerte digo porque el gobierno seguramente se anoto un poroto con el rescate, porque en la mayoría de los casos no se salva ninguno.

  2. CapitalismWorks dice:

    La explicación es más simple para mí: Los accidentes pasan, el mundo es un lugar peligroso, y no existen los paraísos. Y una vez que los accidentes suceden hay que solucionarlos, y ahí se ven las cosas que realmente importan.

    En este caso la tecnología, tecnología que sin el capitalismo no existiría, la tecnología a la escala que se da avanza porque es un negocio. Un capitalismo que existe a pesar del estado, más que gracias a él, un sistema de mercado y negocios privados. El incentivo de las ganancias y los salarios hace que el mundo se mueva, al menos en gran parte. Es un hecho que hay que aceptar y no queda de otra.

    Las situación de trabajo de estas industrias de riesgo sólo mejora con los avances de esa misma tecnología, es más de cualquier trabajo muchos que antes eran de riesgos ahora son cualquier cosa. Aunque no crea que la minería algún día deje de ser riesgosa.

  3. HoracioG dice:

    Pero no es tan simple como lo dice, aquí no es cuestión de simple riesgo normal del trabajo, hay negligencia, irresponsabilidad que viene de arriba. No podemos dejar pasar el hecho de que hoy muchas empresas actúan irresponsablemente porque el estado las protege.

    Ademas el capitalismo que hoy tenemos no es el motor propulsor de la tecnología, al contrario, por culpa de la propiedad intelectual, hoy en muchos casos, se obliga a reinventar la pólvora. En todo caso, el motor es el espíritu creativo y emprendedor que tanto se machaca hoy día.

  4. Victor L. dice:

    @ CapitalismSucks:

    Creo que no te has enterado de absolutamente nada.

    En primer lugar, por aquí utilizamos el término «capitalismo» en su sentido histórico y correcto, antes de que Rand, Mises y compañía trataran de darle otro significado; es decir, cuando hablamos de «capitalismo» no nos referimos al libre mercado sino al dominio del capital sobre el trabajo y la tierra (los otros dos factores de producción, ¿por qué, si no, iba a llamarse «capitalismo»?).

    En segundo lugar, obvias las negligencias que señalan Alberto García y Horacio G, que no pueden ignorarse con un absurdo «las cosas pasan».

    En tercer lugar, y aquí está el quid de la cuestión, olvidas el papel de las patentes a la hora de restringir la innovación y promover la concentración empresarial (sin mencionar las subvenciones al I+D). Por aquí no encontrarás a nadie que esté contra la tecnología, pero sí gente que sabe que, en ausencia de derechos artificiales sobre las ideas, la innovación sería probablemente mayor, pero estaría a cargo de empresas más pequeñas y descentralizadas, más flexibles y capaces de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.

    En definitiva, como dice Alberto García, los mineros fueron rescatados a pesar del capitalismo; capitalismo que olvidó tomar las medidas de seguridad necesarias y que restringe la innovación para beneficio de unos pocos dinosaurios corporativos (que después pueden permitirse el lujo de enviar móviles y otros utensilios para promocionarse en eventos como este).

    Un saludo.

  5. CapitalismWorks:

    Mi artículo es una crítica tanto a los apologistas del capitalismo, que aún viviendo en un mundo donde no existe un verdadero libre mercado aunque sí una economía de mercado capitalista, dicen cosas como «gracias al libre mercado capitalista», como a la socialdemocracia/izquierda progresista/izquierda radical que aún viviendo en el mismo mundo donde no hay libre mercado, dicen cosas como «por culpa del libre mercado» y proponen soluciones que a la postre pueden incluso ser más beneficiosas para los jefes de los trabajadores que para los trabajadores que ellos quieren defender.

    Mi crítica es ante esa situación donde la política deja de ser política y se convierte en una especie de partido de fútbol donde hay un equipo llamado Capitalismo y otro llamado Anticapitalismo y los hinchas de cada bando jalean y jalean sin prestar la menor atención al rigor, la seriedadad y la lógica.

    Reparto a diestro y siniestro (y nunca mejor dicho) y creo que he sido muy moderado porque podría haber criticado también a ambas «hinchadas» de intentar instrumentalizar a los mineros o querer sacar rédito político/ideológico de la desgracia ajena.

  6. «En la actualidad la máquina halla a menudo un obstáculo
    en la ignorancia del capitalista, pero más a menudo aun en sus
    intereses; ¡cuántas máquinas permanecen hoy inactivas, úni-
    camente porque no producen un beneficio inmediato al capi-
    talista! ¿No vemos, acaso, en las compañías mineras, por una
    criminal avaricia, negarse a proveer a los trabajadores de todos
    los aparatos de seguridad para descender a los pozos? ¡Cuantos
    descubrimientos, cuantas aplicaciones de la ciencia permanecen
    inactivas porque no producen suficientes ganancias al capita-
    lista! ¡El mismo trabajador es en la actualidad el enemigo de
    las máquinas, porque le disputan el salario, lo expulsan de la
    fábrica, lo lanzan a la desesperación, a la muerte!… Por el con-
    trario, ¡qué inmensa fuerza recibirá el hombre con auxilio tan
    poderoso, cuando en vez de ser esclavo de la máquina, sea su
    aliado y director, trabajando para su bienestar!»

    Carlos Cafiero (1922)

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